La Ley Omnibus y el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) suponen una reforma constitucional de facto que busca un gigantesco trasvase de riqueza a manos del capital norteamericano.
Son los sindicatos quienes han decidido encabezar el pulso social al Gobierno. Adolfo Aguirre es secretario de Relaciones Internacionales de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA-A), el segundo sindicato de Argentina.
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El paro del 24 de enero ha sido una movilización histórica…
Sí. Hemos visto la dimensión pasados los días. Fue contundente a pesar de que la banda de Milei y Macri trataron de devaluarlo, pero surtió efecto porque ha sacado a un ministro en 45 días de gobierno. Hemos logrado meter muchas cautelares en el decreto, sobre todo en el capítulo laboral, pero insistimos en denunciar que es una reforma constitucional de facto. Pedía tener superpoderes durante cuatro años, ahora pide uno, y nosotros decimos que ninguno.
Hemos asumido la responsabilidad de ponernos al frente. El partido del anterior gobierno, con 102 diputados, no tiene capacidad de convocar después de haber perdido las elecciones.
Es una disputa ideológica porque es una ‘tecnología’ de saqueo y de transferencia exprés de riqueza de la mayoría del pueblo a los grupos monopolistas, con la intención de dar soporte ideológico a esa casta en alianza tanto del sector financiero como del transnacional. Es un diseño basado en el odio de clase que apunta centralmente a desmoronar las legislaciones en materia de derechos humanos, laborales, en educación, salud, y sistema jubilatorio, que es solidario y de reparto, para convertir en mercancías derechos consagrados.
Entre Ómnibus y el Decreto se modifican 600 leyes, que además, en la geopolítica mundial, se alinea con EEUU, Reino Unido e Israel, pero también a nivel regional con grupos importantes con presencia en Uruguay, Paraguay, Brasil… tratan de seguir desarrollando su negocio en el sector alimenticio sin la presencia del Estado, para que no pueda capturar renta de esas riquezas.
‘Una unidad sindical que no se veía desde los años 90’
¿Cuáles han sido las claves que les han permitido, por ejemplo, que el ministro Economía retire el paquete de medidas fiscales?
Primero tener un nivel de unidad del sindicalismo que no se veía desde los 90. Eso ha sido trabajado con mucha conciencia del nivel de alevosía que presenta la ‘tecnología del saqueo’ de Milei y Macri. El otro punto es que si en el 2001 era ‘Piquete y cacerola, la lucha es una sola’, ahora, al prestigio del sindicalismo argentino, entre los diez más organizados del mundo, se han unido vecinos y comunidades. No fue solo la Plaza de los Dos Congresos, hubo movilizaciones en todas las capitales de provincia y en ciudades inhóspitas, como San Martín de los Andes. Pero también se han movilizado los de la cultura y los científicos, porque quieren destruir las capacidades científicas de Argentina, y el deporte, porque quieren privatizar los clubes ofreciéndoselos a los árabes. Además, se han unido los intendentes (alcaldes), ante la locura de desfinanciar a quien no responde a este diseño. Algunos con trayectoria de muy buena gestión, como el de Avellaneda, que convocó tres días antes y movilizó a más de 20 mil personas por la avenida principal, y no hay tanta gente organizada en Avellaneda…
Vimos la dimensión real al día siguiente, cuando descubrimos que se habían celebrado manifestaciones en las playas del Atlántico que estaban de vacaciones, como en Corrientes, que es un sitio histórico conservador. Una buena trompada en el hígado de Milei y el staff de los asaltantes.
‘Una buena trompada en el hígado de Milei y el staff de los asaltantes’
Otro rasgo claro del gobierno de Milei es su carácter antidemocrático y autoritario, ¿cómo se ha desarrollado este pulso por prohibir la protesta?
En realidad tienen dos bandos. Un bando del odio, que es predemocrático y que tiene las mismas características del siglo XX, como estigmatizar el sindicalismo como enemigo. En lo mediático su discurso es de odio y de morbo para activar gran parte del triunfo de la cultura capitalista que ha llegado hasta el progresismo, basada en la competencia, la meritocracia, la economía colaborativa, el ‘yo pongo todo lo mío porque soy un colaborador de la empresa’, del reparto sin derechos… Ahí hay una línea de ataque que se asocia al saqueo y a una gama de periodistas que prestan servicios para privatizar de forma exprés las empresas estratégicas del Estado, la vía navegable, y facilitar la depredación. Hay un trabajo que le habla al pueblo desde ese lenguaje y ataca al sindicalismo por el poder que tiene.
Y hay otro núcleo, que no es Milei porque solo tiene un puñado de diputados, pero sí Macri con 500 intendentes, que tienen que gestionar, y para eso tenés que equilibrar oficialismo y oposición, tenés que acordar, negociar… este núcleo está teniendo problemas por el nivel de locura del lenguaje del tirano. Aunque llegan a una gama de periodistas que tratan de trabajar las subjetividades del odio.
‘El sector de Macri está teniendo problemas por el nivel de locura de Milei’
Hay que pensar en la velocidad pos-pandemia que tomó la revolución tecnológica, y que mucha gente no se informa de los debates colectivos sino que solo está vinculada a los algoritmos, que se informa desde su casa. Quienes estamos organizados medimos fuerzas en las conceptualidades, en lo discursivo, en las visiones de soberanía, de nación, de justicia ambiental, social, distributiva… después del paro hemos logrado visibilizar que somos muchísimos los que nos oponemos,y que vamos a luchar para que el Congreso trate ley por ley, y no sean discusiones de 15 minutos sobre temas que definen el presente y el futuro de la sociedad argentina.
¿Hasta qué punto es la política económica de Milei una continuación -más agresiva- de la que llevó adelante Macri?, ¿hasta qué punto está tutelado por el FMI?
Tutelado sin ninguna duda. Una cosa es el staff del FMI, que juega geopolítica y geoestratégicamente, y que en Argentina pretenden desarrollar un experimento para el saqueo mundial. Esto no ha llegado como el golpe de estado en Brasil con la traición de Temer que se pasó de bando, o Lenin Moreno con Correa. Aquí fuimos a elecciones y se tenía preparada una ingeniería exprés para no perder el tiempo que perdió Macri, y la tenían para Bullrich y para Milei. Si hubiera ganado Bullrich estaríamos en la misma situación.
Pero precisamente por eso hay posibilidades de frenarles, porque seis de cada diez argentinos no votaron a Milei. Milei saca 14 millones de votos y Massa 11 millones y medio. Pero 10 millones no fueron a votar o lo hicieron en blanco. Es un universo que cuestiona a Massa y que empezó a conectar con el paro del 24 de enero. Es algo que va a ir tomando forma y lo saben. Es un dato duro, no es la elección más contundente de la historia como han dicho. Nada que ver.
‘Hemos unido a las comunidades, la cultura, los científicos, las pymes, los clubes…’
Están tutelados por el staff del FMI, por los que no se ven pero diseñan cosas, y están conectados con el dueño de Tesla también, que es un jugador que hace lo mismo que Milei, ‘fuera convenio colectivo y derechos, ¡viva la precariedad!’, como le ha pasado a los trabajadores suecos. Macri aplaude la experiencia de Qatar donde no hay sindicatos, y los trabajadores, la mayoría extranjeros mueren todos los días. Por eso también el nivel de adhesión internacional al paro ha sido tan alto, por el peligro de que triunfe el experimento. Imagina lo que puede pasar en Colombia Ecuador, Costa Rica, sería como el Maracanazo (una victoria en campo rival y en las peores condiciones) pero de impacto global.
La gente ha comprendido que si Milei mete esto y no pasa nada, ¿por qué el anterior gobierno no metió una visión contraria, con impuestos a las grandes fortunas, o una empresa nacional de alimentación? En esa desgracia de tener un inútil gobernando, por una parte, y tener esta voracidad en el gobierno por otra, hemos demostrado que hay unidad del sindicalismo, con las comunidades, los vecinos, con muchos sectores desprotegidos, los actores, los clubes… y un gran apoyo internacional. Además de las pymes, conscientes de que se prepara un ‘industricidio’, y de las presiones que están sufriendo los gobernadores para obligar a votar a los diputados. Son errores de este ataque vende-patrias contra la producción nacional.
Milei habla de ‘vaciar el Estado’ pero aumenta el presupuesto de Defensa y las medidas represivas.
Saben que necesitan una estructura fuerte porque no nos vamos a quedar de brazos cruzados. Como dicen las Madres de la Plaza de Mayo, ‘Ni un paso atrás’.