La valoración del 29-S por las dos grandes centrales convocantes, CCOO y UGT, y el anuncio de nuevas movilizaciones si el gobierno no rectifica son una buena noticia para los trabajadores y el 90% de la población y confirma que el 29-S ha abierto nuevas condiciones y más favorables para afrontar las nuevas etapas de la batalla, especialmente la que ya está en marcha por la reforma de las pensiones.
Tanto la dirección de CCOO como la de UGT han valorado como un éxito la HG del 29-S, reflejo del rechazo contundente de los trabajadores y la sociedad a las olíticas de recortes sociales y laborales del gobierno, dejan claro que la retirada de la reforma laboral es un requisito imprescindible para reabrir cualquier nuevo proceso de diálogo social y que si no hay una rectificación clara de la reforma laboral y de la propuesta de reforma de las pensiones habrá nuevas movilizaciones. Las dos grandes centrales sindicales anuncian también la elaboración este mismo mes de un documento de exigencias al gobierno y de propuestas, tomando como base “restablecer los derechos eliminados por las reformas aprobadas”. ¿Es este el momento de poner en duda la posición de las direcciones de CCOO y UGT? ¿Podemos mantener una actitud pasiva ante las movilizaciones o no secundarlas por la desconfianza que ha sembrado la trayectoria pasada de las cúpulas de estos sindicatos, especialmente por la colusión que durante dos años de crisis han mantenido con el gobierno de Zapatero-Botín? Sin duda que hay razones de sobra en el pasado para la indignación que mantienen numerosos sectores del movimiento obrero y la desconfianza en la consecuencia de esos dirigentes sindicales, y no habrá que bajar la guardia ni el nivel de exigencia ante las cúpulas de las dos grandes centrales. Pero quedarse ahí sería no comprender cómo ha cambiado la situación. Por la virulencia y profundidad del ataque impuesto por las grandes potencias imperialistas, desde Washington-FMI y desde Berlín-UE, con el apoyo de la gran banca española (Botín a la cabeza) y los monopolios. Por la extensión del ataque, que no sólo afecta a los trabajadores asalariados, se dirige contra el 90% de la población, contra todas las clases y sectores no monopolistas, incluidos autónomos, pequeños y medianos empresarios, profesionales, inmigrantes, la juventud… Por el sometimiento de Zapatero y su gobierno a las exigencias del plan de ajuste que le alejan cada vez más de las clases populares, incluso de los propios votantes socialistas y de cientos de miles de afiliados y responsables de su propio partido. Y sobre todo porque en la preparación del 29-S se ha fraguado una línea, aún limitada pero cada vez más extensa, de firmeza y unidad para exigir una salida a la crisis favorable a los intereses de la mayoría de la población. Desde las bases de los sindicatos a las movilizaciones de los mineros, desde la suma del resto de centrales sindicales a la HG a los trabajadores del metro de Madrid o múltiples iniciativas que, como los dos manifiestos impulsados por UCE y publicados en la prensa nacional, que han ido ampliando la unidad de cada vez más sectores y de la exigencia de otra salida a la crisis. Hoy, a pesar de todas las críticas que se pueden hacer a las cúpulas dirigentes de CCOO y UGT, lo fundamental es que son parte de las filas de los “amigos”, de las fuerzas a unir y en las que apoyarse para seguir golpeando en cada fase de la batalla a los enemigos del pueblo. Mantener la exigencia apoyando la movilización y ampliando la unidad En definitiva, es el momento de apoyar la línea de firmeza de las centrales sindicales, pero sobre todo de fortalecerla con la exigencia de mantener las movilizaciones y ampliar la unidad, para incluir a todos los sectores que no se sumaron a la Huelga General del 29-S. Unidad sindical y de todo el movimiento obrero. Desde todos los sindicatos hay que hacer esfuerzos para que la próxima convocatoria contra la reforma de las pensiones sea lo más amplia y unitaria posible, una convocatoria unitaria en la que estén juntos CCOO, UGT, CGT, USO, los sindicatos de funcionarios, los sindicatos del campo, los sindicatos independientes de cualquier otro sector, especialmente de inmigrantes. A los dirigentes de CCOO y UGT tenemos que exigirles especialmente que trabajen en esa línea. Unidad popular, para integrar en la convocatoria y preparación de la movilización a todos los sectores no monopolistas y sus organizaciones, de autónomos y pymes, profesionales, a los estudiantes y los jóvenes trabajadores, a las mujeres y asociaciones de consumidores… Ellos lo dicen y hay que exigirlo Tras las reuniones de las direcciones de UGT y CCOO esto es lo que han dicho sus portavoces. Toni Ferrer, secretario de acción sindical de UGT: -“La solución no consiste solamente en esperar la llegada de un nuevo ministro”. -“Sin una rectificación clara de la reforma laboral o de la propuesta de pensiones no habrá diálogo social”. -“Los reglamentos –por la oferta de diálogo de Zapatero para el desarrollo de los reglamentos de la reforma laboral- no cambian las leyes”. -“El Gobierno solamente mira con el ojo de la derecha, pero hay otras vías como aumentar los ingresos y cuestionar los plazos de reducción del déficit al 3% en 2013”. -“El documento de exigencias con alternativas de los sindicatos incluirá propuestas para restablecer los derechos eliminados por las reformas impuestas”. Fernando Lezcano, secretario de comunicación de CCOO: -“El conflicto con el gobierno sigue abierto”. -“A partir de ahora reflexionaremos sobre las líneas que coloquen al movimiento sindical a la ofensiva” -“Si el gobierno no rectifica habrá nuevas movilizaciones”.