Corresponsalí­a Euskadi

Negar el derecho a asustar

Rodeados de familiares, amigos y vecinos, de la plana mayor del socialismo vasco así­ como de otros familiares de asesinados por ETA, la viuda de Fernando Buesa, Natividad Rodrí­guez o varios de los hijos y hermanas de Inaxio Urria, el empresario del TAV asesinado en Azpeitia entre otros. Así­ celebró ayer la familia el aniversario de la muerte de Isaí­as Carrasco asesinado en manos de ETA hace un año.

Un cuento de Fernando Aramburu en su libro “Los eces de la Amargura”, narra como el sufrir un asesinato perpetuado por ETA se convertía, más que en una desgracia física de dolor por la persona perdida, que por supuesto, en una desgracia social. Desde un funeral por la puerta de atrás de la iglesia, honores a los presos etarras y sus “luchadores” en la plaza principal pero sobretodo el quedar marcado para siempre con la etiqueta de ser una víctima de ETA. Si le mataron algo habría hecho. Inmediatamente se sucedían las amenazas para que la familia abandonase el pueblo, a la viuda a los niños en el colegio… un aislamiento social que llegaba hasta a todos aquellos que apoyaban su dolor o eran amigos de toda la vida que dejaban de retirar el saludo por no acabar siendo señalados.Hoy en las calles de Mondragón, las fotos de una docena de miembros de ETA nacidos en la localidad cuelgan en la fachada del Ayuntamiento como gesto de homenaje. El Ayuntamiento está gobernado por ANV los mismos que tras su asesinato se negaron a condenarlo. A pesar de esto la estampa ha cambiado mucho y más podrá cambiar tras estos comicios del 1 de Marzo donde se ha abierto la puerta al cambio en Euskadi. “Trabajaré con toda contundencia para que nadie aplauda, justifique o de cobertura a la violencia” dijo López, líder del PSEE, ayer.Pero la libertad que ha de ejercer el pueblo vasco debe ir más allá. Ninguna agresión debe quedar sin respuesta. Todos los etarras, los que les aplauden, los que atemorizan y justifican deben ser vilipendiados socialmente. Señalados allá donde vayan, contrariados cuando hablen y atacados cuando actúen. Perseguidos por la gente porque es un elemento apestado que se le debe negar el derecho a relacionarse socialmente. Igual que Emilio.G se dirigió con la maza a la Herrico Taberna en Lakua. Que se asusten, que vivan con miedo. Los matones de barrio no son una característica de Euskadi, ¿quién no ha conocido un matón en su escuela, en su barrio que por cobarde asusta al resto? Sólo se acaba con ellos dándoles un susto mayor.

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