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ndultar banqueros también es de izquierdas

Hay que reconocerle a Zapatero su coherencia política. Hasta el final se ha entregado al Banco Santander a cambio de que Botín -¿recuerdan el ‘desayuno con tirantes’?- hiciera el caldo gordo a una política económica que conducía inexorablemente a la ruina. El silencio, y hasta la complacencia del banquero cántabro respecto de la situación económica y de las decisiones del Consejo de Ministros, sólo es comparable al mantenido por otros prebostes del empresariado patrio, siempre dispuesto a cuidar sus predios aunque se hunda el país. El problema, sin embargo, es que España roza el abismo, y, al final, el desastre ha acabado por anegar sus propias haciendas. Ya nadie se salva en la devastada España que deja Zapatero. Ni siquiera el Santander, que ha perdido más de la mitad de su valor en Bolsa. Tanto apoyo para esto, debe pensar ahora con razón el cántabro, que, al menos, ha conseguido salvar la cabeza de su ‘número dos’.

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