Cortometrajes

Nave #527

Hay dos maneras de mover un corto: por el canal tradicional, es decir, estrenarlo en una sala para unas pocas personas y presentarlo luego a festivales. U optar por Internet. Castell decidió apostar por la segunda ví­a para difundir su sexto cortometraje, y la jugada ha sido redonda, puesto que de estrenarlo en salas no lo hubieran visto más de un millar de personas. Además, afirma que ahora son los festivales los que solicitan su participación. No sólo la difusión, sino también la constitución del equipo de producción se realizaron a través de plataformas como MySpace o Filmutea, red para profesionales y amateurs del cine independiente.

Nave #527 es una roducción de 19 minutos, conceptualmente perturbadora aunque de realización impecable. Un veinteañero llamado Kai se despierta en una habitación con un colchón, paredes blancas y restos de sangre, muy enfermo. Allí encuentra a un hombre vestido de negro, y luego a otro de blanco. Le preguntan por Luna, una chica que aparece más tarde en el cuarto tan confundida como Kai. La pareja se siente encerrada. No hay puertas para salir. No recuerdan nada del día anterior.La influencia de cineastas contemporáneos como Darren Aranofsky o David Lynch es más que evidente. Iván Castell se confiesa admirador de ambos, aunque también de los hermanos Dardenne y Larry Clark, y afirma que en el montaje de su corto encontró muchas referencias a películas de estos autores que no habían sido intencionadas.Para su difusión masiva por Internet, Castell realizó un minucioso estudio previo de las estadísticas de visionado en las principales plataformas de difusión audiovisual. La conclusión fue que la media de permanencia frente a un video es de tres minutos, y por lo tanto hacer a los espectadores permanecer en esa web durante los 19 que duraba el corto iba a ser una tarea difícil. La solución fue un montaje dinámico, con un ritmo rápido, capaz de enganchar desde el principio.Así la producción fue concebida desde el primer momento para aprovechar las posibilidades que Internet ofrece al cine que crece de forma independiente de las grandes productoras. Un montaje pensado para enganchar, marketing viral que ahorraba cualquier gasto en publicidad y prescindir totalmente de intermediarios. El equipo técnico o los actores fueron “reclutados” también a través de la red, lo que a permitido realizar esta excelente producción con un presupuesto de 5000 euros. ¿Lo próximo? El salto al largometraje.

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