Salud. Anorexia

Nadar sobre sí­ntomas, bucear en las causas (III)

En las dos primeras partes de la entrevista Pilar nos ha ofrecido un enfoque nuevo sobre la naturaleza de la anorexia como depresión no mentalizada que acontece en la adolescencia cuando las carencias de las primeras etapas de la infancia no permiten superar los lutos propios de esta etapa de transición en la que profundizamos con esta tercera parte.

F21. ¿Las camañas institucionales sobre la imagen del cuerpo femenino son necesarias pero no suficientes? Pilar. En efecto. Yo añadiría bajas maternales de cómo mínimo un año, insisto. Pero eso es reconocer el origen y para llegar ahí hay que hacer unos recorridos muy complejos. No se puede decir que aquí tengo no se qué química en el cerebro. Esta sociedad es un contexto deficitario para la elaboración de los duelos y de los momentos naturalmente y saludablemente depresivos de la vida. Para los cambios, los tránsitos de la vida. La sociedad no ofrece un contexto que lo facilite. Hablando de los lutos, antes tenían el sentido del respeto al duelo. Si una mujer va de negro no se le corteja igual o no se le invita a bailar, o no se le dice mujer,¡ ya está!. Hay unos momentos que están amparados en este caso por una vestimenta. No digo que hay que volver al luto pero sí al respeto a los lutos. Porque los procesos psíquicos, nos pongamos como nos pongamos, son lentos. Y las pérdidas hay que elaborarlas. El adolescente tiene un reto de duelos, de trabajo psíquico por hacer, importantísimo, al que te reta el envite evolutivo: el desarrollo puberal sexual que te coloca en una nueva posición corporal. El envite mayor para el psiquismo son los duelos. F21. ¿Cuándo deberían alarmarse los padres de una adolescente? Pilar. Cuando una chica tiene una relación un poco trastocada con la ingesta. Tiene demasiado control. Comer es como respirar, es algo que necesitas que no hace falta ir por ahí controlando. Cuando hay exceso de control, cuando se sospechan vómitos, exceso de control de peso. Cuando se percibe cierto sufrimiento depresivo, que ella no percibe. Que no quiere decir que abandone estudios o amistades, ni se meten en la cama a llorar, es algo que se manifiesta corporalmente. No se enteran de que están deprimidas, siguen funcionando normalmente pero empieza a haber una alteración de la relación con la familia. Esta alteración no necesariamente quiere decir que sea una anorexia grave, puede ser un trastorno alimentario mínimo (que remite solo) que se corresponde a búsquedas de identidad en la adolescencia, como pasa con los “piercings” o con las formas de vestir “punk”. También las estructuras neuróticas se manifiestan con trastornos alimentarios en la adolescencia. Por ejemplo en las manifestaciones histéricas donde todo el bagaje de pensamiento, de simbolización, está bien hecho y estas son las que remiten enseguida con la terapia. La anorexia tiene ya mucha más envergadura, hablamos de una depresión narcisista que surge de un trastorno de personalidad de base que es invisible, que no se puede detectar y se manifiesta. Son las más graves y generalmente no salen si no es con un trabajo mucho más a fondo. Lo primero es que un buen clínico haga un buen diagnóstico de a qué estructura pertenecen los síntomas. F21. Algo que quieras remarcar… Pilar. Insistir en el peligro del reduccionismo. Desde la soledad y la desolación que padecen estas chicas y la falta exterior de comprensión, ellas sí se enteran de si son comprendidas. El educcionismo exterior, los palos de ciego, les sume más en la desesperación. Reducirlo a un problema de moda, biológico o familiar. No hay que culpabilizar a las familias, sino compañarlas y tratar de entender lo que está pasando ahí. A nivel familiar yo he visto que la adolescencia de la hija es vivida como una pérdida insoslayable por los padres. La dificultad del duelo de esos padres por dejar de tener a su niña, con la pérdida que supone a nivel aterno operativo, no siempre ocurre, pero si ocurre contribuye a no sentirte acompañada en tu devenir a adulta. Generalizar demasiado y reducir serían los enemigos del abordaje de este tipo de trastornos.

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