Música

¡Muy punk, si señor!

El 12 de octubre de 1978 Nancy Spungen apareció desnuda y desangrada, con un machete como pica en Flandes sobre el abdomen. La policí­a no tardó en detener a su novio, Sid Vicious, imputándole el crimen. No en balde el susodicho machete era un regalo de Dee Dee Ramone al Sex Pistols. Sid acabó internado en un hospital tras intentar suicidarse. Tres meses y medio después, una sobredosis hizo el resto.

BlancoHace unos diez días se estrenó, con motivo del 30º aniversario de su muerte, un documental dirigido or Alan Parker. “Who killed Nancy?” nació en realidad hace 14 años a petición de la madre de Sid; antes de suicidarse pidió a Parker que limpiara el nombre de su hijo. Sin duda la estrella más fugaz del firmamento punk, y quizás de la historia de la música. Sid, que tomó el nombre del hámster de John Lydon – el cantante del grupo -, se incorporó al grupo para suplir al bajista Glen Matlock sin ni si quiera saber tocar una sola nota. Duró 12 meses en el grupo… su imagen 30 años y para siempre. Johnny Rotten, amigo y confidente, fue quien realmente hizo posible el encuentro. Hoy en día representa una marca de mantequilla en televisión, ataviado como un lord inglés con piercings que, junto al pelo rojizo y alocado, son los únicos recuerdos estéticos de su pasado.NegroDirectamente desde Jacksonville llega “la gran esperanza del rock lúdico”. Esta ciudad situada al norte de Florida, ha visto nacer grupos de buena estirpe, como los trágicamente desaparecidos Lynyrd Skynyrd – todos sus miembros murieron en un accidente aéreo -, los eternos e imprescindibles Allman Brothers, o los contundentes Limp Bizkit. Black Kids se rebelan a su entorno conservador y fundamentalista, cantando como blancos. Owen Holmes, Kevin Snow y Dawn Watley lo son, Reggie y Ali Youngblood más bien no. La “incorrección rebelde” se expresa en sus dulces y poperas voces blancas. El cantante, hermano de la teclista, y negro – seguro que tiene muchas otras cualidades mucho más interesantes – declaró en una entrevista: “A veces me arrepiento de habernos bautizado Black Kids. De haberla, la única declaración de intenciones sería… ¡joderos, nos da igual!” – muy punk, sí señor. Ambigüedad sexual, nostalgia británica y gafas Clubmaster a los “años cincuenta” son la carta de presentación de este grupo de pop “despreocupado”, como suele definirlos la crítica. ¿Y qué narices es el pop despreocupado? – quizás el que se toca sin preocuparse por echufar los instrumentos… -. Como suele decirse, si Sid Vicious levantara la cabeza se daría con la tapa de la tumba… muy punk, si señor.

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