Arte

¡Musho arte, si señor!

Lawrence Salander, de 59 años y especializado en el arte del Renacimiento, disponí­a, hasta ahora de la mejor colección de arte del mundo, calificada por prestigiosas revistas especializadas. Ahora permanece detenido ayer en su casa, al norte del Estado de Nueva York. 65 millones de euros es la cifra que pesa sobre él o, más bien, sobre los inversores y propietarios de arte que le acusan de robo. Falsificación, fraude, y cien cargos más…

Si alguien utiliza sus ahorros ara enriquecerse durante años y llega un día en que quiebra y le dice que no solo no le va a devolver su dinero, sino que tiene usted que prestarle más mientras el vuelve a enriquecerse, ¿importaría mucho si en realidad ese dinero no lo está invirtiendo en nada? En el segundo caso dejará de pedir dinero pues se supone que ha de dar beneficios y no los da; es así como se descubre el pastel. Pero en el primer caso es todo legal y su dinero se llama “hipoteca”.Le llaman el Maddof del mundo del arte, por haber utilizado el llamado método Ponzi que consiste en utilizar el dinero de nuevos inversores para pagar los beneficios de los antiguos. Durante 13 años Salander se ha dedicado a vender obras de arte embolsándose el dinero sin ser propietario de las mismas y a utilizar el dinero de sus inversores en operaciones fraudulentas.Quizás uno de sus mayores errores fue pedir un préstamos de 2 millones de dólares a Bank of America presentando como aval una serie de obras de arte que ni si quiera eran suyas, sino del ex tenista McEnroe. Aunque esta era una práctica habitual del “artístico estafador” – como hizo con la colección de arte del difunto padre de Robert de Niro -, con la banca sí que no se juega.Pero lo que más llama la atención de este caso no es más que lo mismo que lo hace en el caso Maddof. ¿Cuál es la diferencia entre afirmar que se pueden meter cuatro elefantes en un seiscientos, dos delante y dos detrás, y que ni siquiera exista tal seiscientos?Al igual que ocurrió con Maddof muchos se rasgan las vestiduras y se declaran decepcionados, estafados, sorprendidos… se hace propaganda de su suntuosa vida y extravagantes gastos, como para explicar que solo alguien derrochador, caprichoso y con algún tipo de “desviación” moral clasificable por alguna sociedad médica, es capaz de robar a espuertas y descaradamente. No vaya a ser que se piense que esto es una forma habitual de funcionar. No lo es, sin duda, es mucho peor. Es inmoral, sí, y de clase.Lo cierto es que casi parece una técnica refinada de descomposición de las formas pictóricas del objeto; puro arte. Centrar la atención en un solo individuo esperpéntico, para que no se vea el robo general y organizado, insisto, y de clase.Aunque solo sirva como sugerencia, suena mucho más estimulante una auditoría de cuentas a Christies y Sotherbies, las dos grandes multinacionales del arte. No solo se encontraría estafa financiera, robo y expolio colonial, sino también connivencia política con extraños compañeros de viaje. Recordemos que el presidente de Sotherbies Canadá es uno de los fundadores de la Trilateral – organismo de “gestión geopolítica y militar” de los intereses norteamericanos en el mundo -.Musho arte, y musha cara es lo que tienen.

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