En Andalucía, la gestión de los cribados de mamografías ha sacado a la luz un escándalo sanitario que afecta a miles de mujeres. La Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama de Sevilla (Amama) ha sido la que, con valentía y esfuerzo, ha visibilizado lo que podría haber pasado desapercibido: errores graves en la atención sanitaria que ponen en riesgo la salud y la vida de muchas pacientes. Y que son la punta del iceberg de un modelo que degrada la sanidad pública mientras favorece a la privada.
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La denuncia: manipulación de historiales y problemas técnicos
El pasado martes 21 de octubre Amama presentó una denuncia ante la Fiscalía tras comprobar que los historiales médicos de mamografías preventivas habían sido alterados: resultados que inicialmente aparecían como “dudosos” pasaron a “probablemente benignos”, algunos nombres de profesionales desaparecieron y ciertas pruebas fueron destruidas.
Todo esto fue documentado cuidadosamente por la asociación, mostrando que el problema no era puntual, sino sistemático. La situación se agravó cuando el sistema informático del Servicio Andaluz de Salud sufrió caídas tras la denuncia, evidenciando la magnitud del fallo en la gestión.
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La respuesta institucional: desprestigio, hostigamiento y negación

Más allá de los fallos técnicos, la reacción institucional se centró en desacreditar a quienes habían denunciado las irregularidades. La Junta negó los problemas, y algunos medios insinuaron oportunismo por parte de las portavoces de Amama.
Durante más de un año y medio, la asociación intentó comunicarse con los partidos políticos para advertir de la situación, pero no obtuvo ninguna respuesta. Solo después de recopilar pruebas y llevar el caso a los tribunales hubo disposición a reunirse, aunque esto es ahora tarea de la justicia.
La presión no se limitó al ámbito mediático: la sede de Amama sufrió actos vandálicos, con cerraduras selladas y pintadas. La valentía de quienes luchan por proteger la salud de las mujeres merece reconocimiento y apoyo, no desprestigio ni amenazas diseñadas para silenciar sus denuncias.
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Impacto en las pacientes y la sociedad
Miles de mujeres viven hoy con angustia ante la posibilidad de que su prueba diagnóstica haya sido alterada. La descalificación de estas pacientes oculta su doble vulnerabilidad —enfermedad y abandono— y la urgente necesidad de fortalecer la gestión y proteger la sanidad pública.
Además del riesgo físico de un diagnóstico tardío, el impacto psicológico es enorme. Esto no puede pasar, sobre todo en diagnósticos tan sensibles como el cáncer.
María, una paciente afectada, lo cuenta así: “Cuando me dijeron que mi mamografía era ‘probablemente benigna’, seguí tranquila, pero luego me confirmaron que había un tumor. Si hubieran tomado en serio los informes iniciales, quizás estaría aquí contando otra historia.”
Ángela Claverol, presidenta de Amama, denuncia: “No estamos luchando por un beneficio personal, sino para que ninguna otra mujer tenga que pasar por esta incertidumbre y sufrimiento por errores que se podrían evitar con una gestión correcta y honesta.”
Y Ana, voluntaria de Amama, añade: “Las mujeres que vienen a la asociación no solo sufren la enfermedad, sino también la desconfianza y la falta de respuestas claras de un sistema que debería protegerlas.”
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Pero, ¿quiénes son Amama?

Ángela Claverol es su presidenta y portavoz, y es esa cara visible que todos conocemos ya, pero Amama es una asociación que lleva luchando desde 1994 por mejorar la calidad de vida de las mujeres afectadas por el cáncer de mama.
En su página web amama-sevilla.es, se pueden ver las caras de las mujeres que forman parte de la Junta Directiva. Da mucha fuerza verlas a todas, con nombres y apellidos y camisetas moradas, que se enfrentan al cáncer de mama y a un sistema que a veces falla.
Su trabajo ha sido ofrecer apoyo psicológico, terapéutico y emocional, pero también crear una red de apoyo entre mujeres con esa sororidad que se genera cuando las mujeres tienen un espacio donde hablar.
Sin ellas, este caso seguiría oculto. Su compromiso es la verdadera respuesta a los fallos del sistema.
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La salud no se va a defender sola: todas a la calle.

Es importante que la ciudadanía, que somos quienes usamos los servicios públicos, mantenga la confianza en las instituciones, aunque parece que se empeñan en deteriorarla. Sin embargo, cuando las instituciones no dan esa respuesta, la gente se organiza y lucha por lo que es justo.
Podrían hacerse muchas cosas: destinar nuevos fondos, fortalecer y cuidar las asociaciones que ya existen, pedir ayuda a otras comunidades… Dinero hay, porque se está destinando mucho a la privada. Y como todo, depende de la voluntad política.
Faltan médicos, faltan radiólogos, falta muchísimo personal especialista y muchos recursos. Las listas de espera son cada vez mayores. Pongamos este tema dentro del debate político. Todas y todos a la calle. En solidaridad con ellas y en defensa del sistema público de Salud de Andalucía.
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Un escándalo que puede ser el síntoma de otro mucho mayor… y en otras CCAA
Minerva Bermejo

Comenzaron siendo, como dijo la consejera de salud andaluza dimitida, «algunos casos aislados». Luego pasaron a ser cientos. Ahora la Junta de Andalucía reconoce 2.317 casos de mujeres cuyos cribados arrojaron hallazgos dudosos y que no recibieron notificación a tiempo para seguimientos o pruebas complementarias.
Primero dijeron que era un caso circunscrito sólo al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Ahora ya se investigan cientos de casos en todas las provincias andaluzas. Los radiólogos advierten de que la crisis de los cribados en Andalucía es estructural: “El cáncer de mama es la punta del iceberg”
Primero se habló sólo de Andalucía. Ahora se ha denunciado que en la Comunidad Valenciana, más de 90.000 mujeres (21% de la población diana) no recibieron invitación para sus mamografías, y que hubieron retrasos de 6 a 8 meses en los resultados, con casos de diagnósticos tardíos de cáncer de mama. En Murcia, María Marín, diputada regional de Podemos, ha denunciado al Servicio Murciano de Salud: no le comunicaron el resultado de su biopsia. La diputada cuenta que “me dijeron que me avisarían si algo estaba mal, pero nunca me avisaron». Tras cuatro meses después de la biopsia, y ante el dolor, tuvo que ser ella misma la que insistiera en tener los resultados y entonces descubríó que tenía un cáncer de mama infiltrativo que ya se había extendido a una axila.
Los radiólogos advierten de que la crisis de los cribados en Andalucía es estructural: “El cáncer de mama es la punta del iceberg”

Primero la atención se centró en los cribados del cáncer de mama. Ahora se han detectadi retrasos de meses en colonoscopias, en pruebas de cáncer de cuello uterino, o en otras pruebas oncológicas generales en Andalucía. Y a nivel nacional, coberturas menores al 40% de la población diana en algunas CCAA.
Ante esta situación -que revela los criminales efectos de los recortes y la infrafinanciación crónica de los sistemas de sanidad público, además del daño del sistema privatizador de servicios concertados, como el de pruebas diagnósticas tan vitales como los de cáncer- el Ministerio de Sanidad ha pedido a las CCAA los datos de los programas de cribado de cáncer de mama, colon y cérvix de los últimos cinco años para realizar un seguimiento exhaustivo.
La respuesta de las CCAA gobernadas por el PP a este requerimiento ha sido dar plantón al ministerio en el Consejo Interterritorial de Salud.
Saquen ustedes sus propias conclusiones.

