Más despidos en la planta de Ford en Valencia

Mr Marshall te pone de patitas en la calle

El gigante norteamericano del automóvil, Ford, anuncia un nuevo ERE en su factoría valenciana de Almusafes. Con esto, habría puesto de patitas en la calle a tres cuartas partes de la plantilla que llegó a tener hace años. Estas son las consecuencias de que uno de los principales motores de nuestra economía -la industria automovilística- esté al 100% en manos del capital extranjero.

La fábrica de Ford en Almusafes fue un bienvenido mister Marshall hecho realidad. Los americanos sí vinieron para quedarse. Se les puso alfombra roja, terrenos, autopistas, mejoras en el puerto para la exportación, y hasta una central nuclear (Cofrentes) para garantizar el suministro de energía a la factoría. Hasta 12.000 trabajadores llegaron a emplearse en las instalaciones. En breve quedarán solo la cuarta parte, tras los últimos despidos por el ERE anunciado en la empresa.

El último ERE de Ford en la factoría de Almussafes (Valencia) es el cuarto anuncio de despidos en cinco años. Esta vez echarán a 1.600 trabajadores. Y quedarán ocupados aproximadamente 3.200 empleados, el mínimo desde su inauguración, tras el nuevo expediente anunciado.

En la base de esta crisis está la falta de adaptación para dar un cambio a fabricar vehículos eléctricos o híbridos.

El origen totalmente extranjero y además de las grandes potencias (EEUU, Francia, Alemania) de la propiedad, es un punto muy débil en el sector del automóvil en España, que hace esta industria totalmente dependiente. En los ’80 se vendieron todas las compañías nacionales; y las nuevas inversiones no se aprovecharon para crear sociedades conjuntas con participación de capital nacional. Esto hace que sea habitual la amenaza de llevarse la producción a otra parte como presión para exigir ayudas públicas o contener las mejoras salariales.

De hecho la Generalitat valenciana dará este año a la planta de Ford en Almussafes y al sector de empresas auxiliares ayudas directas por 10,5 millones de euros. Y el gobierno valenciano ha inyectado en Ford 146,3 millones de euros desde 2010. Del Estado, Ford también se ha llevado 38 millones de euros en ayudas para fabricar baterías, o se beneficia del programa Moves III, dotado con 1.200 millones en subvenciones, que abarata la compra de sus coches en España.

Mantener esta industria subvencionada es la tónica en España: Renault se adjudicó el año pasado 11,3 millones y Volskswagen recibirá 213,5 en ayudas directas…

Y claro que el origen estadounidense de la compañía pesa en sus decisiones. La dirección ha aprobado trasladar a Estados Unidos la fabricación del motor EcoBoost, lo que supondrá una reducción del 60% de la producción de motores en Valencia y del 30% en la planta de vehículos que los ensamblaba, como denuncian los sindicatos.

Se llevan la fabricación de partes cualitativas como los motores al país de origen del monopolio porque así interesa económica y políticamente a su Estado.

Este dominio de la propiedad extranjera sobre todas las fábricas de vehículos también hace que partes muy cualitativas, las de mayor valor añadido, se fabriquen fuera. Nuestro país se reduce a una mera plataforma de montaje, quedando aquí una menor parte de la riqueza generada en el proceso de fabricación del automóvil.

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La hiperconcentración de la industria del automóvil

El sector del automóvil ha sufrido una concentración tan grande que muy pocos consejos de administración toman decisiones sobre centenares de miles de trabajadores y sobre la economía de los países. Sólo los tres mayores conglomerados acaparan ya 20 marcas.

El grupo Stellantis es el fabricante de Peugeot, Citroën, Opel, Fiat y Chrysler.

El grupo Volkswagen controla VW, Seat, Skoda, Cupra, Audi, Porsche, Bentley, Bugatti, Lamborghini, Nissan, Mitsubitshi y Renault se fusionaron para controlar además Alpine, Lada, Dacia y Mobilize, Datsun e Infinity

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