Cargando...La cruda realidad de la Ley de Dependencia es que la lentitud e ineficacia de su aplicación conduce a que un número aún inestimado de personas hayan muerto antes de recibir las ayudas. ¿Pero dónde de se pone el acento? Según reseña hoy El País «En la cifra oficial de usuarios de la Ley de Dependencia hay miles de personas que ya han fallecido, por las que el Gobierno, sin embargo, debe pagar a las comunidades si no dispone de esa información». ¿Todo se reduce a un problema de cifras y presupuestos?
¿Pero no estamos hablando de miles de ersonas que mueren sin recibir una preciada ayuda vital para su supervivencia? muchos mayores y dependientes mueren esperando en una larga lista mientras la burocracia infame les niega el auxilio. En la misma posición del gobierno al dar cuenta de esta noticia, se refleja la auténtica razón de que esta Ley, proclamada el cuarto pilar” del Estado del bienestar y “estrella” de la política social del gobierno, no vaya para adelante. Mientras al gobierno lo único que parece interesarle es cuánto dinero está dando “de más” a las autonomías por la cantidad de dependientes que han muerto, pero que siguen en la lista de las ayudas, no presenta ni una pequeña autocrítica del abandono mortal al que se les somete. Hay casi un millón de solicitudes para optar a una ayuda por la Ley de Dependencia. Unas 650 mil personas tienen ya derecho a la prestación, pero de ellas tan sólo 391.349 están recibiendo la ayuda prevista. En esta espera hay miles de personas fallecidas. Por ejemplo, de las solicitudes el grupo principal son los mayores de 80 años (497.146). En España, con datos cerrados del INE, los mayores de 80 años tienen una mortalidad del 10% anual.