Medios de Comunicación

Monopolización en bandeja progresista

El pistoletazo de salida a las grandes fusiones ya retumba en las paredes del Parlamento. La Comisión de Industria del Congreso, ha aprobado el proyecto de ley que permite las fusiones entre cadenas de televisión. El proyecto no ha tenido votos en contra, de ninguna fuerza polí­tica. Aunque pretenda presentarse como una medida necesaria para que las cadenas puedan resistir a la crisis, se ha perdido – algunos especialmente han perdido – la oportunidad de poner coto a la monopolización de la información y avanzar en la democratización de los medios de comunicación españoles.

De entrada lo más increíble son los argumentos de Oscar Lóez, portavoz socialista, que ha defendido este proyecto de ley: “el objetivo de esta ley es permitir fusiones entre cadenas, debido a la proliferación de canales que permite el sistema TDT y por la situación económica, y evitar situaciones monopolísticas”. ¿Evitarlas?Ante estas afirmaciones no puede más que pensarse en una ley hecha a la medida de dos cadenas en concreto, Cuatro y La Sexta. No hay otra explicación que el objetivo de beneficiar a los sectores ligados al PSOE, reforzándolos y aumentando el monopolio. Desde luego poner una ley antimonopolio en marcha no puede entenderse más que coartando al principal monopolio, Prisa, no beneficiándole.Y eso no quiere decir no tomar medidas que permitan afrontar la crisis.Aunque en el proceso de fusiones también Telecinco busca pareja, y saldrá beneficiado por la ley. No deja de manifestarse más monopolio, más concentración, menos democracia.La nueva norma suprime el límite actual del 5% en las participaciones cruzadas entre compañías siempre que la audiencia media acumulada de los operadores no supere el 27% de audiencia total. Quiere decir que si hasta ahora seis cadenas más las autonómicas pugnan por la audiencia, ahora una ley reconoce la posibilidad de que tres grandes grupos lo acaparen todo. De hecho, según la ley, se permitirá la fusión de dos operadores del sector de la televisión “si no superan esta cuota de audiencia y siempre que se garantice la existencia como mínimo de tres compañías privadas de ámbito estatal con dirección editorial distinta”.Pretenden hacernos creer que buscan evitar que uno lo controle todo, pero eso es prácticamente imposible y, ni si quiera deseable por los propios holdings, ya que se ha aprendido que esto no lleva más que al anquilosamiento y la burocratización del sector que sea.No nos dejemos despistar por el “que viene la derecha” cuando se echan las manos a la cabeza, ante las principales peticiones del PP, relativas a la posibilidad de privatizar las televisiones autonómicas. El proceso de monopolización está servido y en bandeja “progresista”.

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