Dimisión de Bermejo

Mirando de reojo a Galicia

Cada vez quedan menos dudas de que el cese de Bermejo no ha venido motivado por un ataque repentino de pudor en el gobierno ni es fruto de ningún tipo de arrepentimiento por parte del dimitido. Las encuestas electorales, que sobre todo en Galicia sitúan al PP al borde de la mayorí­a absoluta son la razón inmediata del cese.

Ya resultó sosechoso que el pasado domingo el diario El Periódico –estrechamente vinculado a la alta dirección del PSC y tan acérrimamente “zapaterista” como furibundamente anti PP– publicara un editorial exigiendo la dimisión de Bermejo. Sospechoso pero no sorprendente, dado que este medio fue el primero en adelantar el día anterior los resultados de las encuestas sobre las elecciones gallegas y vascas. Estaban por lo tanto sobre aviso de cómo la imagen de Bermejo estaba deteriorando el voto socialista y dando alas a la campaña del PP. La doble decisión por tanto estaba cantada. Relevar a Bermejo por un nuevo ministro, Francisco Caamaño, de origen gallego y sustituir su tono bronco y desabrido por el que dicen es el talante negociador y conciliante del nuevo ministro. Demasiado negociador y conciliante por lo que se desprende de su trayectoria política. No en vano Caamaño fue el encargado por parte del gobierno de negociar el nuevo Estatuto de Cataluña con los partidos catalanes. Texto que incluía en el prólogo la definición de Cataluña como nación y que hoy, casi tres años después, sigue en discusión en el Tribunal Constitucional donde los magistrados todavía no están de acuerdo con la constitucionalidad de varios de sus artículos.

Deja una respuesta