Televisión

Millonarios en el lodo

Como una especie de cuento de hadas en el que mostrarnos lo «humanos» que pueden ser algunos ricos al colocarlos entre los más favorecidos. No sabemos que intención tiene en realidad este nuevo reality llamado «El secreto», aunque no deja de parecer algo cercano a la ciencia ficción después de ver la primera emisión. Un hombre que nunca habí­a hecho la compra, que solo sabí­a de negocios y grandes sumas de dinero, mientras desconocí­a la realidad que viven los trabajadores. Lagrimas y emoción en un programa cargado de falsa sensiblerí­a, en el que se pretende borrar la verdadera crueldad que esconde la sociedad de clases, vistiendo a los beneficiarios de esta situación de humildes samaritanos.

Una esecie de versión moderna y mediatizada de la clásica estampa franquista; aquella que un día al año llenaba las calles de ricas mujeres “emperifolladas” pidiendo un limosna para los negritos del tercer mundo. Caridad cristiana en horario de máxima audiencia, para disfrazar las ignominias que algunos de estos protagonistas adinerados realizan el resto de días de su vida, disfrazándolos de enternecedores trabajadores sociales que renuncian a sus lujos, eso si, solo durante unos días y mientras las cámaras permanezcan vigilantes.Han inaugurado el programa con un arquitecto gallego, Joaquín Torres, que ha atesorado una inmensa fortuna fabricando paraísos artificiales en Dubai para los jeques. Nos han enseñado su vivienda aledaña a Madrid, una inmensa villa cuajada de riquezas ostentosas, un diseño de 10 millones de euros, y antes de partir hacia su experiencia le vimos entrar en uno de los vestidores de la mansión y le decía a su esposa: “Mercedes, dame las zapatillas viejas”. Todo un esfuerzo tener que encontrar ropa ajada entre los múltiples armarios de su mansión.Una escenificación, teatral, de la impostura. Una mentira mediática que se torna tremendamente cruel en los tiempos en el que miles de familias trabajadoras españolas tienen que acudir a los servicios sociales para poder comer y pagar la hipoteca al mismo tiempo. Los señores de Antena 3 parecen querer decirnos: “Gente del populacho, no se preocupen, que los ricos también tienen corazón y serán capaces de darles una limosna cuando ya se encuentren en la indigencia.Después de una semana del rico haciendo labores humildes, incluso limpiando los váteres de la asociación donde tuvo que trabajar, el hombre quedó tan impresionado que echó mano a la chequera y extendió varios cheques de ayuda. Incluso a uno de los muchachos, que había superado su drogadicción, le regaló un piso. Todo un alarde de bondad.No sabemos de donde ha salido esta retorcida idea, este nuevo concepto de “caridad cristiana audiovisual”, pero sin duda la caridad es mucho menos creíble cuando se ve en televisión. Quizá podría tener algo de interés este programa si los millonarios protagonistas fueran los auténticos oligarcas que han llevado este país a la crisis. ¿Se imaginan a Botín limpiando retretes, o a Francisco González desayunando un bocadillo de mortadela sentado en un escalón? ¿O por que no se decide el magnate propietario de la cadena, José Manuel Lara? Eso ya sería pedir demasiado.

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