La propuesta más «importante» del Gobierno, para alcanzar el acuerdo del «diálogo social» con la patronal y los sindicatos, es la creación de un nuevo subsidio de 420 euros mensuales para los parados que hayan agotado todas las prestaciones. Curiosamente, esta medida económica será financiada con «los recursos adelantados para 2009 y 2010 del Fondo Social Europeo». Pero esos fondos europeos, que suman unos 2.300 millones de euros, todavía no han sido aprobados. Ni siquiera han pasado todavía por el Consejo ni por el Parlamento europeo. Zapatero ha dado ya 340.000 millones a la banca y 11.000 millones más a las castas. Había dinero para el atraco a los ciudadanos. Para las migajas sólo hay fondos prometidos.
El aumento del abismo social, del trasvase de las rentas salariales a las rentas de caital, que ya era escandaloso en la época de las vacas gordas, se ha agudizado y está saliendo a la luz. Junto a las rebajas salariales y los despidos, muchos disfrazados de temporales, los tristemente famosos ERE, se ha iniciado una subida de los impuestos indirectos y de servicios básicos, como la electricidad, que empeoran las condiciones de vida de cada vez más trabajadores y del resto de la población. Sin embargo, Zapatero ante esta situación de crisis, sólo ha asegurado el dinero para el rescate financiero y la nueva financiación autonómica. Para las ayudas sociales imprescindibles no tiene asegurado todavía el dinero. No sabe realmente cómo va a pagarlas. El coste de este nuevo subsidio de supervivencia sumaría sólo 900 millones de euros si su duración llega a los 12 meses. El Gobierno central sería quien aportara y las comunidades autónomas lo gestionarían. Los fondos europeos adelantados serían para cofinanciar los proyectos actuales a los que les faltaban los recursos de los gobiernos y las comunidades (que deben aportar entre el 15% y el 50% de las ayudas). Así mismo, la propuesta, para que los estados miembros no cofinanciaran, por tanto, los proyectos durante 2009 y 2010, tampoco se ha aprobado aún. Además, Alemania se opone, de momento, a que se siga gastando dinero de manera anticipada.