La mentira como forma de supervivencia, así como al mismo tiempo como instrumento de opresión. Este es el epicentro conceptual sobre el que orbita la excelente historia que le ha valido a Ocampo numerosos premios, hasta llegar al más preciado. Más de 33 premios nacionales e internacionales avalan esta pieza protagonizada por una inmensa desconocida, Sveta Zlukovska, que antes de actuar servía tapas en un bar.
Miente es una ieza que analiza una dura situación intentando mostrar la realidad a través de la ficción. Una flauta es el recurso narrativo que la directora utiliza como nexo de unión entre una bella joven del este residente en España y explotada sexualmente, con su pasado y su familia. Una flauta que a la postre se revela como un grito de socorro ante una situación de la que según su directora poco o nada se habla. Enternecedora y esperanzadora, a la vez que dramática, la cinta demuestra una vez más la madurez creativa del cortometraje español, tanto técnica como temáticamente. Isabel de Ocampo es una autora completa. Escribe, filma, monta y distribuye sus propias obras, y se convierte así en el más claro ejemplo de la profesionalidad y dedicación con la que los jóvenes autores se enfrentan a la gran industria. El mismo Jesús Franco, galardonado con el Goya de Honor, dirigió hacia ellos su discurso, dedicando el premio “a esas 4000 o 5000 chavalas y chavales que se pasean con sus excelentes cortos debajo del brazo buscando la ayuda de alguien”. Según su autora, Miente es un trabajo de denuncia de una situación que hasta ahora era ignorada. “El cine y la televisión empiezan a tratar ahora el tema de la prostitución, pero siempre con ejemplos de mujeres que deciden dedicarse a ello, casi nadie ha hablado de ese 90% de mujeres que lo hacen obligadas”. También afirma que esta posición es una cuestión de sensibilidad, independientemente de ser una mujer o un hombre. La firmeza y determinación de la joven realizadora, se combinan con el talento y el “ojo clínico”, que se demuestra al haber sacado a su actriz principal de un bar de Salamanca donde trabajaba como camarera. Sveta Zlukovska vino a España desde Ucrania hace diez años y gracias a su excelente interpretación y al trabajo de Ocampo da forma a la vergüenza de vivir mintiendo y de mentir para vivir.