Apoyamos de forma cerrada a todas las víctimas de las agresiones sexuales y conductas machistas realizadas por Iñigo Errejón. Denunciamos unas repugnantes prácticas que buscan someter y que además, según los hechos desvelados, son delictivas. Exigimos que salga a la luz toda la verdad, que los agresores paguen y que se acabe de una vez con su impunidad.
Esta debe ser una posición clara, tajante. En sí misma. Sin mezclarla con cualquier otra consideración que la enturbie o la diluya.
Desde algunos sectores se toma ante el “caso Errejón” una postura que introduce una peligrosa confusión.
Meten en el mismo saco las asquerosas conductas del ex diputado con las revelaciones de corrupción que emanan del ya conocido como “caso Ábalos”, o el acoso judicial contra Begoña Gómez, la mujer del presidente. Afirmando que todo forma parte de una catarata de acusaciones dirigidas contra el actual gobierno.
Mientras otros ponen el foco principal en el análisis político, reclamando reestructurar el espacio de la izquierda.
No. No. No.
Mezclar es justificar.
Lo que los hechos desvelados nos dicen es que estamos ante un claro caso de agresión sexual. Esto es lo que tiene que estar en primer plano. Esto es lo que de verdad importa.
Mezclarlo con análisis y consideraciones políticas es algo más que un error de método. Conduce a desviar la mirada del agresor, y de la exigencia de que pague por sus actos. Y nos aboca a una maraña donde bajo determinadas banderas –acoso al gobierno…- se acaba diluyendo la gravedad de lo sucedido, cuando no justificándolo.
Lo primero es apoyar, arropar y proteger a las víctimas. A todas. A la actriz Elisa Mouliaá, que ha presentado ante los juzgados una denuncia. A las mujeres que han denunciado agresiones o vejaciones machistas de forma anónima. Y a las víctimas que todavía no han hecho públicos los ataques recibidos.
Lo segundo, condenar unos hechos que, en sí mismos, al margen de cualquier análisis posterior, son de una enorme gravedad.
Se ha desvelado la imposición constante, por parte de Errejón, utilizando su posición de poder, de unas relaciones con las mujeres basadas en el dominio, el sometimiento y la posición, reduciéndolas a la categoría de objetos sexuales para satisfacer los deseos del “macho”.
Pero, además, la denuncia ya presentada ante los juzgados, retrata a un auténtico depredador sexual. Que ha cometido hasta tres delitos de agresión sexual.
Y, en tercer lugar pero no menos importante, la exigencia que se llegue hasta el final para acabar con la impunidad de todos los agresores.
No basa con la dimisión de Errejón. Mucho menos tras su vomitivo comunicado, en el que además de no pedir perdón a las víctimas ocultaba los hechos más graves y se justificaba a sí mismo sus propias barbaridades.
Sobre Errejón debe caer todo el peso de la ley. Si es culpable de agresión sexual que pague, con cárcel si así está recogido en la ley.
Y sobre él debe caer el más enérgico rechazo y escarnio público.
Se debe conocer toda la verdad y depurar todas las responsabilidades.
Si es verdad que la diputada madrileña Loreto Arenillas encubrió agresiones sexuales cometidas por Errejón en 2023, presionando a la víctima para que no denunciara, debe pagar por ello.
Si se conocían los repugnantes actos de Errejón y no fueron denunciados, o no se actuó para impedir que los siguiera cometiendo, quienes lo han hecho deben pagar por ello.
Tolerancia Cero con la violencia sexual. Impunidad Cero para los agresores. Apoyo total y cerrado a las víctimas.
Chaso dice:
Esto si que me gusta!. Me apacigua el alma. Hasta hoy todo enmarañar para tapar a las víctimas y dejar escapar al agresor. Vomitivo el escrito de Errejón?. Asco da como se auto justifica!.