Desobedeciendo a Washington y desairando a Tel Aviv

México reconoce al Estado Palestino

El reconocimiento de Palestina por parte de México se suma al de otros países que lo han hecho en los últimos meses, entre ellos España, junto a Irlanda y Noruega.

Reconocer al Estado Palestino en el mismo momento en el que tu poderoso vecino del Norte vuelve a dar luz verde a su gendarme sionista para descargar fuego y muerte sobre Gaza, y en el que Donald Trump amenaza con “desatar el infierno” contra los que “aterroricen” a Israel -apuntando no sólo contra Hamás, sino contra todos los gobiernos y países que, como Sudáfrica, han osado sentar a Tel Aviv en el banquillo de los acusados de la Corte Penal Internacional-; y hacerlo además en el momento en el que EEUU te está declarando una guerra arancelaria, señalándote como narcoestado, deportando a decenas de miles de tus ciudadanos inmigrantes, o tratándote de denigrarte como nación.

Este es el valor de la presidenta mexicana, la izquierdista Claudia Sheinbaum, y esta es la enorme significación simbólica y política de su decisión de que México reconozca -justamente ahora- al Estado Palestino.

El reconocimiento de Palestina por parte de México se suma al de otros países que lo han hecho en los últimos meses, entre ellos España, junto a Irlanda y Noruega, y supone una declaración política contundente en un contexto de creciente polarización internacional.

Desde el primer momento del inicio de la actual ofensiva militar de Israel sobre la Franja de Gaza, Claudia Sheibaum y su antecesor en la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, fueron contundentes en su condena al genocidio y los crímenes de guerra perpetrados por el gobierno de Netanyahu, siempre con el apoyo y el armamento de EEUU. Sheinbaum ha declarado que «México no puede mantenerse en silencio mientras el pueblo palestino sufre el peso de la ocupación y el apartheid».

El gobierno izquierdista de México, junto a otros países iberoamericanos, como Brasil, Colombia, Chile, Bolivia, Venezuela u Honduras, entre otros, forman un importante grupo que exige el fin de la ocupación israelí y el reconocimiento del derecho palestino a la autodeterminación.

El acto de reconocimiento estuvo cargado de simbolismo. La imagen de dos mujeres -la presidenta Claudia Sheinbaum, junto a la embajadora de la Autoridad Palestina en México, Nadya Rasheed, que agradeció la decisión mexicana como «un acto de valentía en medio de la cobardía internacional»- desafía a la de unos EEUU que de la mano de Trump y su ejecutivo ultrareaccionario están empeñados en desatar una nueva ola de muerte y guerra en Oriente Medio. El simbolismo es aún mayor si tenemos en cuenta que Sheinbaum, hija de dos cuadros comunistas… es además de ascendencia judía.

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