El presidente Felipe Calderón aseguró que el plan propuesto por su gobierno a la Cámara de Diputados no sólo evitará una recesión en México que nadie desea, sino que generará crecimiento económico, «un crecimiento menor si se quiere, un crecimiento más lento, pero crecimiento económico y generación de empleos al fin».
El tono triunfal que el Gobierno mexicano ha adotado en las últimas horas para anunciar el comienzo del fin de la emergencia se enfrenta a una prueba de fuego: la caída «demoledora» que vive el sector turístico de México, el tercero en captación de divisas extranjeras -aporta 13.000 millones de dólares anuales-, sólo por detrás de los ingresos petroleros y las remesas que envían los mexicanos que viven fuera del país.Andrés Manuel López Obrador sostuvo que «los del gobierno usurpador reaccionaron de manera tardía. El pelele de Calderón dio la cara para decir que va a aplicar un plan anticrisis. Se tardó pero ya tuvo que reconocer que no funciona su política económica y que la crisis de Estados Unidos sí afecta severamente a México».El central Banco de México (Banxico) anunció hoy que la economía mexicana perderá 493.000 empleos en 2009 como consecuencia de la contracción del 4,02 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI).La entidad financiera pronosticó que en el primer trimestre de año el PBI registrará un descenso de 5,5 por ciento, en el segundo retrocederá 5,6 por ciento, y en el tercero se contraerá 3,5 por ciento.Banxico presentó el lunes los resultados de su encuesta sobre las expectativas de la economía, aplicada a 31 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero.El banco central estimó que, en este año, el PBI registrará una caída de 4,02 por ciento a tasa anual, y que la inflación podría ubicarse en 4,38 por ciento en el mismo periodo.Los expertos consideraron que «la debilidad del mercado interno y externo, la ausencia de cambios estructurales y la incertidumbre financiera internacional son aspectos que afectarán la economía».Asimismo, pronosticaron que para 2010 el PBI crecerá 1,7 por ciento, mientras que el consumo y la inversión del sector privado presentarán reducciones anuales de 2,9 y 7,5 por ciento, respectivamente.No obstante, el consumo y la inversión del sector público tendrán aumentos de 0,9 y 3,9 por ciento, respectivamente, en 2010.Los especialistas encuestados indicaron que «en el país se requiere instrumentar diversas políticas, principalmente de tipo estructural, para alcanzar mayores niveles de inversión por parte del sector privado nacional y extranjero».Salvo una brusca depreciación del peso en las primeras 12 semanas de 2009, que prácticamente ya se había mitigado, México sorteaba el primer trimestre con una aparente tranquilidad económica. Pero justo horas antes de la emergencia comenzaron a surgir señales de alarma. En conjunto, la industria de la construcción se contrajo un 8% en los primeros tres meses de este año, y las autoridades financieras ya actualizan su pronóstico de caída del PIB al 4%, una cifra que ya coincide con la de analistas independientes.Por lo pronto, el Gobierno Federal calcula que, en el peor escenario, la caída de la recaudación fiscal puede ser de 10.000 millones de dólares, y que para paliar eso no aplicarán ninguna nueva carga impositiva. Al contrario, anunció un paquete diverso de estímulos fiscales:Al anunciar los apoyos emergentes del gobierno para enfrentar el brote de influenza, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, informó que se registrará una caída en la recaudación por 10 mil millones de pesos, por una caída de entre 0.3% y 0.5% del PIB este año, sólo por el efecto de la influenza, «los cuales tendremos que absorber de alguna manera, ya sea a través de mayor deuda o menor gasto, pero ese ajuste lo vamos a absorber plenamente nosotros», expresó.Carstens comentó que entre las medidas se encuentra una rebaja de 50% a los Derechos de Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano, entre abril a junio, para las aerolíneas que estén al corriente en el pago de esos derechos, lo que costará 250 millones de pesos al gobierno.Para incentivar la visita de cruceros a México, se eximirá a las embarcaciones de altura dedicadas a actividades turísticas de 50% del pago del derecho por los servicios que presta la capitanía de puerto y del derecho por el servicio migratorio extraordinario de mayo a julio, lo cual será una merma de 50 millones, y se canalizarán 200 millones de pesos de aportación para el Fondo de Promoción Turística, además del apoyo a porcícultores.Habrá apoyos concretos para la industria hotelera, así como para las entidades que a su vez tengan menos ingresos por los impuestos que aplican a ese sector. De igual forma, las aerolíneas tendrán durante un trimestre descuentos del 50% en el pago que tienen que hacer por usar el espacio aéreo mexicano. Y tratando de que los cruceros atraquen de nuevo en los puertos mexicanos -que dejaron de parar aquí tras el brote-, durante mayo, junio y julio esas embarcaciones y sus turistas pagarán menos.El Distrito Federal se encuentra en situación de emergencia económica, confirmó el secretario de Finanzas, Mario Delgado, quien advirtió que el catarro económico podría resultar más dañino que la influenza humana si no se instrumentan eficaces políticas locales y nacionales para reactivar la economía y proteger el empleo.El impacto económico de esta epidemia es fuerte. La gran división servicios es muy importante en la composición del PIB. Servicios de restauración y hotelería son muy importantes y fuertes generadores de empleo. El impacto de la epidemia se deja sentir de lleno, en un primer momento, en estos sectores. Además, el sector turismo también va a resentir el impacto, probablemente durante largos meses como suele suceder en estos casos. El déficit crónico de la balanza comercial se va a recrudecer. Nunca mejor dicho, una epidemia inherente, esta vez a la crisis, el paro y el aumento de la pobreza. Acaban por dar por bueno el dicho de llueve sobre mojado.Los medios de comunicación en México hacen todo lo posible para que el país se sumerja en pánico. Ya nadie le interesa la crisis económica y la vertiginosa caída de los ingresos petroleros, ni la reducción del producto nacional bruto en 4 por ciento – el más alto índice en América Latina. Un estornudo acalla que la industria automotriz está en crisis y la desocupación devora a las regiones que se beneficiaron con el TLC- NAFTA. Tratar de encontrar vacunas, es más importante que saber que el narcotráfico con sus 100,000 sicarios sigue avanzando, a pesar de los miles de soldados en las calles.