. Según Robert Gates, existe todavía un margen para actuar porque Teherán no se encuentra todavía en disposición de construir una carga nuclear.
Obama dijo a Rusia que si disminuye la búsqueda de un arma nuclear or parte de Irán también habrá una menor necesidad de que Estados Unidos emplace un sistema de defensa antimisiles en Europa Oriental.El presidente ruso, Dmitri Medvdev, ha mostrado su satisfacción por las «señales positivas» que lanza la nueva administración estadounidense y se ha mostrado dispuesto a negociar el proyecto del escudo antimisiles, pero ha rechazado vincularlo al programa nuclear iraní.Para el presidente ruso, si la administración Obama muestra «sentido común y propone «un escudo común contra todo tipo de amenazas» y replantea su proyecto de un escudo antimisiles cerca de las fronteras de Rusia, su país está dispuesto a negociarlo, pero sin «regateos».Según Obama, ha llegado el momento de «reinicializar» los vínculos actuales con Rusia para pasar página a la hostilidad acumulada en los últimos años y trabajar por unas relaciones «basadas en el respeto común e intereses mutuos.Este mismo domingo, el almirante Michael Mullen -jefe del Estado Mayor de Estados Unidos- señalaba que Irán dispone ya de suficiente material nuclear como para emprender la construcción de una bomba nuclear gracias a su masivo programa de enriquecimiento de uranio.Estos cálculos y declaraciones fueron matizados después por el secretario de Defensa de Estados Unidos. Según Robert Gates, existe todavía un margen para actuar porque Teherán no se encuentra todavía en disposición de construir una carga nuclear. Según ha insistido el ministro de Defensa heredado de la Administración Bush, existe todavía tiempo para intentar soluciones diplomáticas, sobre todo ante la vulnerabilidad económica de Irán planteada por la caída de los precios del dólar.Pese a las ofertas de diálogo directo entre Estados Unidos e Irán, Hillary Clinton ha expresado esta semana en Egipto a varios representantes de aliados árabes que el gobierno de Estados Unidos no alberga grandes ilusiones al respecto y permanece con los ojos bien abiertos.En forma permanente, el Departamento de Estado y la Casa Blanca, así como el gobierno de Teherán, juegan a dos estrategias opuestas y convergentes: escalada de presión militar y negociación diplomática, ejecutadas combinadamente.Las dos estrategias opuestas y convergentes de Washington con Irán tienen dos líneas claras: Despliegue militar (presión) y lenguaje bélico de extrema dureza, combinados con ofertas permanentes de negociación diplomática (diálogo).Irán es una pieza clave en el gran tablero de la guerra por el control geopolítico y energético mundial entre EEUU y Rusia. Frente a sus costas del estrecho de Ormuz transita diariamente cerca del 40% de todo el petróleo que se consume en el mundo. Esta situación define a Irán como un aliado privilegiado para Rusia, ya que se convierte en opción válida para el tendido de oleoductos que lleven el petróleo y gas rusos, y el de otras ex Repúblicas Soviéticas del Asia Central (Tayikistán, Uzbekistán, Kazajstán y Turkmenistán), hasta puertos del Golfo Pérsico y desde allí hasta los sedientos mercados mundiales. Irán posee la cuarta mayor reserva de petróleo en el mundo detrás de Venezuela, Arabia Saudita e Irak y las segundas reservas gasíferas del planeta después de Rusia. La asociación estratégica Irán-Rusia, es la carta decisiva de Putin en su guerra comercial-energética con el eje EEUU-Unión Europea.Irán es una llave estratégica para el dominio y control militar de la región del Golfo Pérsico y del llamado «triángulo petrolero» (Mar Negro-Mar Caspio-Golfo Pérsico): Por su posición geopolítica respecto del estrecho de Ormuz, Irán juega un protagonismo esencial para el dominio y control geopolítico militar de esta estratégica y vital región. Irán convertido en potencia nuclear, y con su poder militar convencional incrementando con tecnología rusa de última generación, representa el mayor peligro existencial para la hegemonía de dominio militar e intereses de EEUU en el Golfo Pérsico y en todo el Medio Oriente.El surgimiento de Irán como potencia nuclear pone en peligro la supervivencia del Estado de Israel y la hegemonía de EEUU en Medio Oriente: El régimen de Teherán, convertido en potencia nuclear y con un ejército movilizado de 2 millones de efectivos, con misiles de largo alcance (a los que se les podría agregar una cabeza nuclear) que pueden alcanzar Tel Aviv y cualquier ciudad israelí, es una espada de Damocles para la existencia futura del Estado de Israel.Un hipotético acercamiento a Irán contaría con la vehemente oposición de Israel, crónica piedra en el zapato de cualquier atisbo de paz y estabilidad en Oriente Próximo.Hasta ahora, Obama no ha hecho nada demasiado distinto a lo que hizo George Bush. La necesidad de mantener pertrechadas a sus tropas en Afganistán tal vez le brinde la oportunidad de mejorar algunas de las relaciones en la región.