Merkel vende caro su apoyo a los paí­ses en apuros

«La reforma de pensiones reviste el calado suficiente para introducir racionalidad en el gasto de la Seguridad Social en los próximos años, con la virtud añadida de que se ha logrado con el consenso sindical, lo que ahuyenta el fantasma de la movilización social y la huelga general. Por eso, la canciller vendrá a dar un espaldarazo al Gobierno en sus reformas.»

Pero se equivocarán quienes iensen que los deberes están hechos, sobre todo con la aspiración de que Alemania dé el visto bueno a la ampliación del fondo de rescate. Merkel viene con una nueva ronda de exigencias. La canciller quiere que se acabe con la práctica habitual en España de ligar los salarios al IPC, lo que acaba generando más inflación. Eso implica una reforma en profundidad de la negociación colectiva, de manera que los salarios se vinculen a la productividad y tengan en cuenta la situación financiera de cada empresa, que en muchos casos llevaría a eventuales recortes. (EXPANSIÓN) EL PAÍS.- Alemania quiere aprovechar la crisis económica para introducir profundos cambios en el modelo social europeo y en el funcionamiento de la zona euro. Una de las iniciativas más polémicas que baraja Berlín es la exigencia de eliminar la legislación y las prácticas que vinculan el aumento de salarios a la inflación. Berlín presentará esta y otras iniciativas en el Consejo Europeo, que reúne a los jefes de Estado o de Gobierno, que se celebrará el próximo viernes. Se trata de debatir un exhaustivo paquete de duras medidas anticrisis, que no se aprobará hasta un próximo Consejo Europeo en marzo y constituirá la contrapartida para que Alemania acceda a mejorar el fondo de rescate. EL CONFIDENCIAL.- Los sindicatos lo van a tener mucho más difícil. Y aunque formalmente sus órganos directivos han aplaudido el acuerdo, sólo hay que echar un vistazo al muro de CCOO en Facebook para darse cuenta de cómo ha sentado en las bases la prolongación de la edad de jubilación. Un giro copernicano que explica paradojas como que en la página web de CCOO Toxo y Méndez celebran el acuerdo y poco más abajo los mismos sindicatos anuncian encierros en las sedes provinciales de la Seguridad Social contra la prolongación de la edad de jubilación. Los sindicatos reconocen en privado que no había más remedio que firmar, porque de esta manera se ha descafeinado la idea inicial del Gobierno. Si este argumento fuera cierto, no cabe duda de que los sindicatos deberían haber firmado la reforma laboral o, incluso, el recorte salarial de los empleados públicos. Sin duda hubieran podido ‘influir’ para evitar males mayores. Editorial. Expansión Merkel vende caro su apoyo a los países en apuros Poco podía imaginar Zapatero cuando calificó de fracasada a Angela Merkel por su exigua victoria electoral en 2005 que mañana tendría que rendir cuentas ante la que, según la revista Forbes, es la mujer más influyente del mundo. Se puede afirmar que la conversión reformista de Zapatero es una imposición de la canciller alemana, que mañana llega a Madrid con cinco de sus ministros para examinar el alcance de las medidas adoptadas por el Gobierno español. El bagaje que Zapatero puede ofrecer es ciertamente favorable. La reforma de pensiones reviste el calado suficiente para introducir racionalidad en el gasto de la Seguridad Social en los próximos años, con la virtud añadida de que se ha logrado con el consenso sindical, lo que ahuyenta el fantasma de la movilización social y la huelga general. Por eso, como ayer decía la dirigente socialista Elena Valenciano, la canciller vendrá a dar un espaldarazo al Gobierno en sus reformas. De hecho, ya admitió recientemente sentirse impresionada con los recortes llevados a cabo. Pero se equivocarán quienes piensen que los deberes están hechos, sobre todo con la aspiración de que Alemania dé el visto bueno a la ampliación del fondo de rescate, e incluso a la creación de los eurobonos en el próximo Consejo Europeo de marzo, como ha dado a entender el comisario Almunia, lo que daría gran estabilidad a la deuda soberana de los países en dificultades, entre ellos España. Como hoy avanza EXPANSIÓN, Merkel viene con una nueva ronda de exigencias para dar su beneplácito a una arquitectura mucho más ambiciosa de los rescates y mejorar el gobierno económico de la eurozona. Eso exige que se den avances decididos hacia la unión fiscal y económica, que traerán como consecuencia una mayor pérdida de soberanía de los países del euro. La canciller quiere que se acabe con la práctica habitual en España de ligar los salarios al IPC, lo que acaba generando más inflación. Eso implica una reforma en profundidad de la negociación colectiva, de manera que los salarios se vinculen a la productividad y tengan en cuenta la situación financiera de cada empresa, que en muchos casos llevaría a eventuales recortes. Esto será, sin duda, un hueso duro de roer en la negociación con los sindicatos. Por ello, quizás el presidente se haya precipitado al convocar para hoy la foto en Moncloa sobre el supuesto gran acuerdo social que se ha alcanzado, porque éste no puede limitarse sólo a la reforma de las pensiones y está por ver si los sindicatos pasan por el aro de una drástica reforma de los convenios. Más complicado aún lo tendrá el presidente para incorporar en la Constitución un techo al endeudamiento, como acaba de hacer Alemania. En España, hablar de retocar la Constitución es como mentar la bicha, máxime cuando lo que reclama Merkel supondría una importante merma de soberanía presupuestaria de los diferentes Ejecutivos autonómicos. Así pues, se puede decir que con las pensiones el Gobierno progresa adecuadamente, pero aún no ha aprobado la asignatura que le impone Merkel. **************************** Entrevista Zapatero: Alemania debe asumir el liderazgo ante la crisis de la deuda El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, considera que Alemania debe jugar en Europa un papel de liderazgo en la actual crisis de la deuda, según ha declarado a varios medios germanos. "Queremos que Alemania no solo juegue en la defensa, sino también en el puesto de atacante central", afirma Zapatero en una entrevista conjunta que publican hoy los rotativos alemanes Handelsblatt, Frankfurter Allgemeinen Zeitung, Die Welt y Süddeutsche Zeitung. Añade que las consultas bilaterales que mañana se celebran en Madrid con presencia de la canciller federal, Angela Merkel, "es quizás la cumbre mas importante entre España y Alemania de los últimos años". "España debe, con las medidas que actualmente esta aplicando, elevar su productividad y capacidad de competir. Alemania debe hacer mas concesiones en la integración económica, la armonización de la política tributaria y laboral y de la edad de jubilación", afirma el presidente del gobierno español a los rotativos. Tres países decisivos Agrega que en la Unión Europea (UE) hay tres países decisivos, Alemania, Francia y España, y matiza que "si España hace sus deberes, Alemania y Francia podrán llevar adelante una unión económica perfecta". En cuanto a la crisis del euro señala que "Alemania ha sacado ciertamente sus ventajas de la crisis", que se financia con muy bajos costes, ya que su emisión de deuda es actualmente un puerto seguro para los inversores, lo que tiene su base en la "sólida productividad y la fuerza exportadora de Alemania". "Pero se trata de ciclos. Así como la economía alemana tuvo dificultades a finales de los años 90, llevó a cabo sus reformas y ahora es extremadamente competitiva, mañana podría tener problemas Francia o cualquier otro país. El mejor remedio contra ello es reforzar el Pacto de Estabilidad y hacer un pacto para una (mayor) competitividad", señala Zapatero. Zapatero afirma que el euro es apoyado por la política monetaria común, pero "ahora falta el otro pilar, tenemos que hacer converger nuestra política competitiva. Esto es tan importante o más que el paraguas de rescate". Sobre los problemas de Grecia y Portugal, reafirma su confianza en que el vecino ibérico conseguirá reducir rápidamente su déficit, mientras considera "prematuro" hablar sobre el futuro griego, aunque subraya que la UE continuará ayudando de ser necesario. Zapatero descarta que España corra peligro de sufrir un contagio en la crisis de la deuda y subraya que "España es fuerte, España es solvente y hace sus deberes y reformas para que su economía se recupere y vuelva a ser competitiva lo antes posible". "Hemos reformado el sistema financiero, aplicado medidas para la consolidación presupuestaria y la directiva sobre servicios, y aprobado una reforma del mercado laboral y la energía", destaca. Tras recordar el reciente acuerdo con los sindicatos para retrasar la edad de jubilación, comenta que "se trata de la mas profunda reforma de las pensiones hecha hasta ahora en España y (realizada) con la aprobación de los sindicatos, al contrario que la reforma alemana de las pensiones, que estudiamos" en profundidad. El presidente del Gobierno afirma que el crecimiento de la economía española se basará en el futuro "en las exportaciones, que crecen con dos dígitos. En los servicios financieros, el sector de telecomunicaciones, las energías renovables y, naturalmente, el turismo somos mas productivos que la media europea". Achaca a la "locura de los mercados" la necesidad de haber llevado a cabo una política de ahorro "radical" y las reformas que considera similares a la llamada Agenda 2010 del gobierno socialdemócrata-verde de Gerhard Schröder. "Necesitamos mas gobierno europeo, menos voces diferenciadas y decisiones rápidas", añade. "Nos podemos financiar solos" Finalmente señala sobre el fondo de rescate que, en el caso de España no es necesario, ya que "nos podemos financiar solos" y considera prematura la discusión sobre su posible incremento, puesto que debe tener prioridad el pacto de competitividad. "El solo hecho de que se inicie el proyecto y que los grandes países Alemania, Francia, España e Italia lo respalden completamente, creará mas confianza en los mercados que todo el debate sobre flexibilidad o el tamaño del fondo de rescate. Sobre ello hablaré el jueves con Angela Merkel", agrega. EXPANSIÓN. 2-2-2011 Economia. El País Alemania pide a la eurozona que suprima las cláusulas salariales Andreu Missé Alemania quiere aprovechar la crisis económica para introducir profundos cambios en el modelo social europeo y en el funcionamiento de la zona euro. Una de las iniciativas más polémicas que baraja Berlín es la exigencia de eliminar la legislación y las prácticas que vinculan el aumento de salarios a la inflación. Berlín presentará esta y otras iniciativas en el Consejo Europeo, que reúne a los jefes de Estado o de Gobierno, que se celebrará el próximo viernes. Se trata de debatir un exhaustivo paquete de duras medidas anticrisis, que no se aprobará hasta un próximo Consejo Europeo en marzo y constituirá la contrapartida para que Alemania acceda a mejorar el fondo de rescate. Aunque la agenda oficial de la cumbre del próximo día 4 está dedicada a la energía y a la innovación, el plato fuerte del encuentro será sin duda el debate que celebrarán los líderes europeos durante el almuerzo sobre las medidas para reforzar el euro. La canciller alemana, Angela Merkel, expondrá sus condiciones para acceder a aumentar la cuantía y las competencias del fondo de rescate de la UE. "Queremos utilizar la crisis", ha señalado el vicecanciller alemán y ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, "como una oportunidad para dar un gran paso en términos de integración". A las conocidas propuestas de aplicar sanciones semiautomáticas a los infractores del Pacto de Estabilidad, la coordinación de las políticas presupuestarias y el refuerzo de la competitividad, Westerwelle añadió la iniciativa "de que los sistemas de protección social sean un poco más comparables". Alemania quiere acabar con la legislación y las prácticas de negociación colectiva que vinculan el incremento salarial a la evolución de la inflación. Algunos pequeños países como Chipre, Luxemburgo y Malta utilizan la indexación salarial en función de la inflación para fijar los salarios. En otros países como España, Bélgica, Finlandia y Portugal la vinculación de los salarios a la inflación se pacta en los convenios colectivos. En la actualidad, solo la mitad de los trabajadores con convenio tienen cláusula. Berlín propondrá también que los países de la zona euro incluyan en sus Constituciones límites al déficit y deuda pública, siguiendo su ejemplo. El Parlamento alemán modificó el año pasado su Ley Fundamental para establecer un límite máximo del déficit federal del 0,35% en 2015 y el equilibrio presupuestario de los Lander en 2019. Francia y España han mostrado que podrían apoyar la iniciativa alemana. Otra de las exigencias que presentará Merkel es la de elevar las edades de jubilación, en función del aumento de la esperanza de vida. El Gobierno de Madrid ya ha dado un importante paso en esta dirección que se materializó en el reciente acuerdo sobre pensiones que eleva la edad de jubilación a los 67 años. La Comisión Europea estima que el efecto de los cambios demográficos provocados por el envejecimiento supondrá un aumento de la carga fiscal en los presupuestos del 4,5% del PIB a largo plazo. En materia fiscal, el Gobierno alemán quiere que se establezca una base fiscal común en el impuesto de sociedades, lo que supondrá un primer paso hacia la armonización tributaria en este campo. Sobre este punto las miradas están fijadas sobre Irlanda, que ha logrado captar un importante volumen de inversiones extranjeras ofreciendo la práctica desfiscalización a las corporaciones foráneas. Berlín incluirá también en sus demandas el establecimiento de un régimen anticrisis para los bancos, para permitir una reestructuración ordenada de sus deudas en casos de dificultades sin que las cargas recaigan solo sobre los contribuyentes. Todas estas medidas son algunas de las condiciones que exigirán las autoridades alemanas para acceder a aumentar la cuantía y funciones del fondo de rescate europeo. En cuanto a la cuantía, el problema se centra en lograr que los 440.000 millones del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera estén todos listos para socorrer al país que lo solicite y no solo 250.000 millones actualmente disponibles, debido a los límites que impone la máxima calificación AAA. En cuanto a la flexibilidad, se pretende que el fondo pueda ser empleado también para adquirir deuda soberana en los mercados secundarios y facilitar préstamos a algún país, como Grecia, para que pueda recomprar su deuda. EL PAÍS. 2-2-2011 Opinión. El Confidencial Zapatero y los sindicatos se reparten Polonia Carlos Sánchez El pacto de no agresión más célebre hasta el momento fue el que firmaron Molotov y Von Ribentropp en agosto de 1939 bajo la atenta mirada de un satisfecho Stalin, como muestran las fotografías de la época. El pacto, como se sabe, sólo permitió ganar tiempo a ambas partes y repartirse Polonia. La II Guerra Mundial comenzaría sólo semanas después. Sin tanto dramatismo, no es fácil saber si el Acuerdo Social y Económico (ASE) que se firma este miércoles en el palacio de la Moncloa esconde una futura ruptura de las hostilidades (ya sucedió con el AES firmado en 1984), pero lo que está claro es que, como en 1938, las partes contratantes (que dirían los hermanos Marx) ganan tiempo mediante la firma de un pacto de no agresión al menos hasta las elecciones generales. Zapatero se quita presión de los mercados y construye un mal remake de los Pactos de la Moncloa, los sindicatos recuperan protagonismo mediático y los empresarios vuelven a pintar algo en el diálogo social. Y todo ello a cuatro meses de las elecciones autonómicas y locales. Este escenario, sin duda, explica en buena medida la existencia de un acuerdo que en realidad se circunscribe a la reforma de las pensiones públicas (léase recorte) mediante el expeditivo método de alargar la edad de jubilación a 13 millones de ocupados que hoy tienen menos de 50 años, y que se jubilarán a partir de 2027 a los 67 años. El resto es, simplemente, un ropaje, un envoltorio, con el que se quiere vestir un acuerdo vacío de contenido que simplemente enuncia los problemas y necesidades de la economía española, pero sin plantear soluciones concretas. Y que ni de lejos evoca a los Pactos de la Moncloa. La escasa utilidad de acuerdo probablemente tenga que ver con el hecho de que a estas alturas de la crisis, con más de dos millones de puestos de trabajo destruidos en apenas tres años y un elevadísimo endeudamiento de los agentes económicos, ya está todo dicho y escrito; y por eso el pacto llega tarde. Llega cuando se ha destruido buena parte del tejido productivo, lo que le resta validez. Sin embargo, los firmantes del acuerdo tratan los problemas como si no urgiera frenar la sangría del desempleo, lo que explica que el documento (38 páginas) remita una y otra vez a futuras mesas de negociación. Haciendo bueno aquel lúcido diálogo de Asignatura Pendiente, en la que un militante antifranquista se quejaba de que en vez de luchar contra la dictadura sólo acudía a reuniones. Las direcciones confederales de UGT y CCOO se van a hartar de ellas. Incluso han puesto en circulación el término Diálogo Social Reforzado (sic), como si las negociaciones fueran de carácter diplomático en el marco de Naciones Unidas. La importancia de la foto Lo importante era la foto y, sin duda, que el presidente del Gobierno ha obrado con maestría para lograrla, dejando al Partido Popular en una difícil posición ante la opinión pública por su inexplicable oposición a cerrar acuerdos con el Gobierno. O, al menos, a proponerlos. Lo que ocurre, sin embargo, que la foto (por muy aireada que sea) pesa ahora poco en términos económicos. Es una condición necesaria, pero no suficiente, para que los agentes económicos recuperen la confianza en la marca España. El Tesoro Público será, en este sentido, el gran beneficiado, como demuestra el hecho de que S&P mantuviera ayer el rating de España. Pero ni las pensiones ni el plan de ¿choque? contra el paro juvenil (bajando cuotas de la Seguridad Social para que firmen los empresarios) sirven para reconducir la situación. Simplemente, porque el problema ahora es de demanda interna, y en un contexto como el actual ninguna empresa contratará cuando sabe que la renta disponible de las familias está bajo mínimos (petróleo, subida de impuestos, inflación o recortes salariales). Y cuando nada menos que casi el 30% de la utilización de la capacidad productiva está ociosa, lo que significa que no hay razones para aumentar la inversión. Los sindicatos lo van a tener mucho más difícil. Y aunque formalmente sus órganos directivos han aplaudido el acuerdo -probablemente porque está en juego la propia supervivencia de las estructurales confederales de ambos sindicatos-, sólo hay que echar un vistazo al muro de CCOO en Facebook para darse cuenta de cómo ha sentado en las bases la prolongación de la edad de jubilación. Un giro copernicano que explica paradojas como que en la página web de CCOO Toxo y Méndez celebran el acuerdo y poco más abajo los mismos sindicatos anuncian encierros en las sedes provinciales de la Seguridad Social contra la prolongación de la edad de jubilación. Los sindicatos reconocen en privado que no había más remedio que firmar. Primero porque la calle no está para huelgas generales, y, segundo, porque de esta manera se ha descafeinado la idea inicial del Gobierno. Si este argumento fuera cierto, no cabe duda de que los sindicatos deberían haber firmado la reforma laboral o, incluso, el recorte salarial de los empleados públicos. Sin duda hubieran podido ‘influir’ para evitar males mayores. EL CONFIDENCIAL. 2-2-2011

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