SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Merkel es la dueña de la UE

Angela Merkel se ha convertido en la dueña de Europa donde no sólo controla la política económica y financiera de la UE sino que además manda en la política monetaria del BCE e impone los más duros ajustes fiscales a las naciones del Sur en dificultades, como es el caso de España. Merkel además pretende controlar todas las instituciones de la UE, empezando por la Comisión Europea en la que espera imponer un germanófilo como es el luxemburgués Jean-Claude Juncker, ahora elegido el candidato del PP Europeo, o en su defecto al alemán Martin Schulz, que es el aspirante de los socialistas para ese mismo cargo. Es decir gane quien gane en las elecciones europeas del 25 de mayo, Merkel tendrá un proalemán o un alemán en la Comisión.

Y pronto veremos cómo Alemania, país muy afectado por la crisis de Ucrania en lo comercial, energético (el gas ruso) y lo político, es la nación que toma la batuta y el liderazgo para reconducir la crisis ucraniana y recomponer las relaciones con Vladimir Putin. Y buena culpa de esta escandalosa hegemonía alemana en la UE la tienen Francia, España e Italia que debieron buscar ante los ímpetus de Merkel un contrapoder en la Comisión Europea que bien podía haber sido el galo Michel Barnier o el español Miguel Arias Cañete, que era el tapado de Rajoy en las negociaciones del PP europeo de Dublín. Pero al final tanto la derecha francesa -que está muy debilitadas- como Rajoy se han dado por vencidos ante el ímpetu imparable de la canciller.

Un poder el de Merkel en Europa que en el ámbito económico y el monetario está causando estragos en numerosos países de la UE por el riesgo creciente de deflación ‘a la japonesa’ que ya se está instaurando en la zona euro, ante la intransigencia del BCE a la hora de abrir el gripo del dinero y facilitar el crédito, tal y como se lo exige el banco central alemán en Frankfurt.

Es verdad que España e Italia están en posiciones de debilidad -la avería del avión oficial de Rajoy es otro pésimo ejemplo de la mala fama de la ‘marca España’-, como también es cierto que el francés Hollande no es precisamente un líder europeo de empaque y de autoridad. Mientras que el inglés Cameron sigue jugando con el fuego de la renegociación de la presencia de Gran Bretaña en la UE, lo que es imposible de imaginar cómo se lo advirtió hace muy poco Merkel y sin rodeos ante el Parlamento inglés.

Pero siendo esto así los gobiernos de Roma, París y Madrid deben de actuar de manera concertada para limitar y controlar el poder y la hegemonía de Berlín. Sobre todo en lo que a las políticas fiscal y monetaria se refiere, porque lo que en este momento necesitan los países de la Unión Europea es crecimiento, crédito y consumo y no mas ajustes, paro y deflación, que es a donde nos conduce la férrea política económica de Merkel y del BCE.

Que es lo mismo que hará desde la presidencia de la Comisión Juncker si sale elegido presidente. De ahí que para los españoles la opción del socialdemócrata Martin Schulz será sin duda mejor, aunque sea un político alemán. Un asunto este último que podría salir en el debate de las elecciones europeas españolas porque la opción entre Juncker y Schulz será la opción entre la austeridad del luxemburgués -que no trató bien a España en su presidencia del Eurogrupo-, frente a una política más social y expansionista que será la que defienda Schultz, aunque sin duda mantendrá una buena relación con la canciller de su país. No en vano Merkel gobierna Alemania desde la gran coalición de su partido CDU-CSU con la SPD.

En cuanto a las promesas que se puede haber traído Rajoy de la cumbre del PPE de Dublín, habrá que esperar a ver qué pasa y si por fin nombra a Arias Cañete como candidato europeo del PP, lo que le obligaría a reformar -poco o mucho- su Gobierno. Algo a lo que a buen seguro Rajoy dedicará algunas horas en este fin de semana una vez que prometió que tras la cumbre irlandesa daría el nombre del candidato europeo del PP.

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