SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Merkel en España

LA canciller alemana, Angela Merkel, viajará este jueves a Madrid para entrevistarse con Mariano Rajoy, pocos días después de que el presidente del Gobierno se haya reunido en la Moncloa con el presidente del Consejo Europeo, Van Rompuy, y con el inquilino del Elíseo, François Hollande. Y lo hará acompañada de una numerosa delegación política y empresarial dispuesta a conocer de primera mano el calendario y el resultado de las reformas económicas puestas en marcha en España. Si la última visita de Merkel a Madrid coincidió con una de las demandas europeas al gobierno de Zapatero -la modificación de las pensiones-, en esta ocasión la canciller aterrizará en Madrid después de que se haya aprobado la que debe ser la reforma financiera definitiva en nuestro país, ya que aborda dos cuestiones capitales: la creación del denominado banco malo y los instrumentos necesarios para liquidar entidades bancarias que no sean viables. Desde la cumbre europea del pasado mes de junio en Bruselas, Merkel parece haberse erigido en la más acérrima crítica de los acuerdos que allí se adoptaron y que dieron esperanza a España e Italia para disponer de mecanismos para afrontar la grave crisis de deuda soberana que padecen. A ambos países no les faltan apoyos, pero siguen sin convencer a Alemania y a la tozuda canciller, que, además, despliega toda su influencia en el BCE, al que tiene maniatado, aun a riesgo de desautorizar en más de una ocasión a su responsable, Mario Draghi. La idea de una Europa cada vez más pobre gravita seriamente sobre el Viejo Continente, y ello no es una buena noticia ni para su moneda ni para los países que van bien. Sobre todo, si en el horizonte se divisa cómo se apropian los extremos de las decisiones políticas de un país.

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