Música

Mentiras piadosas de Harper

«Mentiras piadosas para tiempos oscuros», es el octavo disco de Ben Harper, en sólo diez años. En este caso, su fiel banda «The Innocent Criminals» es sustituida por «The Relentless7». Un disco cuadrado y ajustado en genialidad. El maestro del slide y un prodigio en la composición vuelve a ofrecer una joya de coleccionista de aquí­ en adelante.

Este nuevo disco suena indudablemente a rock, aunque en él se mezclan varios estilos "y también conserva el sonido soul" de otros trabajos como su anterior Lifeline. No existe ni una sola nota que sobre o que falte en este disco, algo que no uede decir de otros trabajos, como el anterior, que aunque no deja de ser una excelente muestra de piezas musicales, echa en falta la audacia de otros discos. "Si no hay cambio, no tenemos ni pasado, ni presente, ni futuro", esta es la línea que le ha caracterizado: atreverse. Sus canciones "hablan de muchas cosas; de amor, de odio, de sentimientos, emociones", aunque subraya la importancia que juega "la interpretación" a la hora de entender sus letras. Hasta “Both sides of the gun” Harper no había trabajado en estudio, siempre grabando sobre la carreta y pariendo discos sobre la propia experiencia de los conciertos. "De una misma canción tú puedes interpretar que va de amor y otro que se refiere a algo totalmente diferente, como en el tema Faithful Remain – incluido en su último álbum -, donde puedes pensar que habla de amor o creer que va sobre la fe. Depende casi al 50% de cómo toque el tema el artista y de cómo lo interprete el que lo escucha", explica. De hecho, "la gente escucha un tema cuando está en su habitación y nadie le puede decir qué debe pensar sobre él.” Harper nació en California y se creó en la tienda de discos de su familia: "Tengo doce primos. Pues bien, el único que creció en esa tienda fui yo y el único que ha salido músico he sido yo". Sus canciones "están influenciadas por todos los sonidos que escucho, por toda la música del mundo". En su opinión, no existe "mala música" y siempre hay algo que se puede aprender de cualquier artista, incluso de quienes salen de programas como “American Idol”, versión americana del conocido en España como Operación Triunfo. "Yo creo que todos tendríamos que grabar una canción al menos una vez en nuestra vida", aunque no se sepa si lo dice como terapia o como sublimación. Sus influencias son muchas "pero también estoy influido por la música tradicional española, por Camarón, por ejemplo”. Y es que este músico afroamericano tiene duende en la voz y en los dedos. Basta con escuchar “Good fearing man” para comprender de golpe. Harper solo patina en su pensamiento – suele pasar – "Tener relación con las Naciones Unidas – en referencia a Bono – le hace ser más escuchado y, en vez de tener un solo micrófono, tiene pendientes de lo que dice a miles de personas. Y eso pone nervioso a algunos". ¿Será esta una de esas mentiras piadosas? Esta es una contradicción bastante habitual; su arte choca con su pensamiento político. De cualquier manera, absolutamente genial.

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