nutrición

Menos sal, más vida

El 75 por cien del sodio que consumimos proviene de los alimentos. El presidente de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), doctor Aranda, ha pedido polí­ticas de Estado dirigidas a los restaurantes y a las empresas manufactureras para que reduzcan la sal, «empezando por los fabricantes de pan».

Los médicos que llevan adelante la lucha contra la hiertensión arterial están alzando la voz contra una enfermedad que padecen 1.500 millones de personas en el mundo. De ellas 12 millones en España, nada menos que un ¡35%! De la población, y va en aumento. Cada vez se ve en pacientes más jóvenes, por debajo de los 30 años, y entre la población negra particularmente, por su sensibilidad al sodio. Se calculan 45.000 muertes anuales en España son debidas a la hipertensión arterial. Pues bien, un 30% se cree lo son como consecuencia de un consumo excesivo de sal. Combatir la hipertensión y sus nefastas consecuencias no tiene otro camino que atacar la industria alimentaria. La sal es uno de los pilares sobre los que la industria alimentaria basa la producción de alimentos. Un auténtico adictivo. Está perfectamente calculada la disminución del riesgo de padecer infartos o ictus con cada punto de disminución en la presión arterial media. De igual manera, este efecto se ve potenciado por la pérdida de peso. Por cada kilo que se pierde se reduce entre 1 y 2 mm de mercurio la presión arterial. Reduciendo la presión sistólica en tan sólo 3 mm, desciende significativamente el número de ictus e infartos.Ago falla cuando el 85 por ciento de los pacientes no cumple las medidas higienicodietéticas recomendas y un 40 por ciento no cumple los tratamientos con medicamentos.

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