“Sound of Silence”, canción icono de las luchas por los derechos civiles en EEUU, abre la primera escena de la miniserie “Medicina Letal”, en la que se presenta a David Sackler, capitán de Purdue Pharma, la farmacéutica responsable directa de la muerte de medio millón de americanos y causante de la actual crisis de opiáceos en EEUU.
Mathew Broderick interpreta a David Sackler, cabeza de la estirpe de los Sackler, retratado en el primer capítulo como un grotesco autómata, lejos de los laureles de un general, desvelado por el inquisitivo pitido del sistema de alarmas de su fortaleza el mismo día que tiene que declarar.
Los Sackler, una de las más poderosas familias de la industria farmacéutica y de EEUU; apodados como “los Medici del siglo XX”, cuyo apellido bautizó universidades, salas de museos, centros de investigación y hasta a un planeta fuera del Sistema Solar, son hoy conocidos como los príncipes de la droga.
OxiContin dejó más muertes que la guerra de Vietnam y de Afganistán juntas.
Por primera vez en su historia, Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, tuvo que declarar en octubre de 2017 la emergencia nacional de salud pública.
“La OxiContin dejó más muertes que la guerra de Vietnam y de Afganistán juntas”
OxyContin es un analgésico que se vende con receta médica. Un medicamento para el dolor, a base de opioides, tres veces más fuerte que la morfina: básicamente heroína en pastillas recetadas por su médico de confianza. Solo en el 2012, los médicos prescribieron más de 282 millones de recetas de un medicamento altamente adictivo. Una cantidad que equivalía casi a un frasco por cada habitante de la nación.
Miles y miles de trabajadores y amas de casa se volvieron adictos. Muchos, incapaces de pagar su alto precio, recurrieron a la heroína. Cuatro de cada cinco personas que prueban hoy la heroína o el fentanilo comenzaron entonces con analgésicos recetados.
Basada en el libro “El Imperio del Dolor”, de Patrick Radden Keefe, “Medicina Letal” es una crónica sobre un crimen monopolista ejecutado por una grotesca dinastía, pero su director Peter Berg ha querido poner el foco en los mecanismos criminales, en la impunidad con la que los poderes protegieron a Purdue Pharma.
Contada por el director como una pesadilla muy oscura, como si de otra guerra más de América se tratara; Berg elige como narradora de esta historia al personaje ficticio de Idda Flowers, símbolo de las luchas civiles.
“ Purdue Pharma es responsable de la muerte de medio millón de americanos”
Como una poderosa cantante de gospel, su presencia física domina los pasillos del Congreso. A través de su lucha, fracaso y frustración descubrimos la oscura naturaleza del sistema judicial y político americano que bendice con la inmunidad a Purdue Pharma, apadrinada por el Gobierno y la FDA.
La toma de conciencia de Flowers, interpretada por la actriz de origen nigeriano Uzo Aduba, nos revela la verdadera cara del mal, exculpando a camellos, francotiradores o bufones y señalando a los verdaderos criminales.
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La caída de los Dioses
El imperio de los Sackler tiene su origen en la Gran Depresión. Su fundador, Arthur Sackler, doctor especializado en lobotomías, pronto desarrolló su verdadero talento diseñando la agresiva estrategia comercial de un revolucionario tranquilizante, Valium, para el gigante suizo Roche, que lo puso a cargo de su comercialización y distribución amasando una enorme fortuna.
Realmente Purdue era una farmacéutica menor que se concentraba en la venta de laxantes hasta su gran éxito comercial, en 1995, cuando lanzó al mercado el OxyContin, cuyas ventas llegaron a representar alrededor del 80% de los ingresos de la compañía.
Arthur Sacker convirtió el marketing farmacéutico en una “ciencia”. Con la protección de la FDA, Purdue Pharma reclutaba a médicos en sus “Seminarios sobre el dolor” y a través de un ejército de “cheerleaders”, sus visitadoras medicas seducían y compraban a los médicos para que recetases dosis cada vez más altas para dolencias menores.
Los Sackler fueron exculpados; sin embargo, la demanda de más de 500 ciudades y condados de EE.UU que los vinculaban directamente con la actual crisis de opiáceos en EEUU desde el nacimiento del OxyContin llevaron a Purdue Pharma a tener que declararse en quiebra en 2019.
Convertidos en parias, su buen nombre se convirtió en un apellido maldito.
Los beneficiarios de sus donaciones, como la National Portrait Gallery de Reino Unido, las universidades de Harvard y Nueva York, el museo del Louvre o labritánica Tate Gallery, rechazaron las donaciones de sus patrones para no verse salpicados por los crímenes de los nuevos príncipes de la droga.
La letra «hola oscuridad, mi viejo amigo” de Simon & Garfunkel vuelve a sonar en el último capítulo como una especie de premonición. No sólo se desmoronó el buen nombre de la dinastía Sackler, sino también de las instituciones americanas que han convertido América en un país de Zombis
Carlos pdfs dice:
Muy bueno Sarita, pero painkiller significa «calmante»(asesino del dolor) no «medicina letal»
A lo que yo voy es a Washington D.C. Como me contaba un jesuita delegado del Vaticano «eso es el mayor prostíbulo del mundo,se compran y venden almas»
Llegan los narcotraficantes estos con un maletín lleno de miles de dólares a un político y le dicen»oye,hazme ésta ley para bla bla bla » y ya se encargan los políticos de turno. Es el capitalismo monopolista de Estado,puro y duro
Y aquí os dejo la mejor escena de «Mars Attacks», sobre cómo la abuelita se parte de risa cuando los marcianos vuelan el Congreso https://youtu.be/gGTRdpW8oZA?si=oQWMyft4FHwDI9dZ
Carlos dice:
Hay que reconocer que el tráiler de Netflix es genial
https://youtu.be/24-YonhNS0Y?si=p-iquXnPPUaIFtk6