A un año de la tragedia de la Dana en Valencia

Mazón y el secuestro de la democracia

Mazón es una anomalía democrática. Es el dirigente con mayor nivel de rechazo social de toda la historia de la autonomía. Por eso, allá por donde pisa se escucha un "Mazón dimisión" o un "Mazón Ves-te'n JA!"

Carlos Mazón, al frente de la Generalitat Valenciana, es una anomalía democrática. Si Marx hablaba de “la conquista de la democracia”, en este caso, podríamos hablar de su secuestro, por dos motivos: Por los hechos del propio 29-O en la gestión de la emergencia y por la posterior respuesta que su gobierno, con él a la cabeza, ha dado durante estos 12 meses.

Un año después del 29-O, la sociedad valenciana y, por extensión, una buena parte de la sociedad española se sigue preguntando que hace todavía el President en su puesto ¿cómo es posible que no haya dimitido y lo sostenga el PP? ¿Cómo es posible que no haya comparecido en un juzgado? ¿Cómo es posible, en definitiva, que no haya ingresado en prisión?

El 29-O de 2024 falló todo. Falló la gestión de una emergencia y se pusieron al descubierto las “costuras” del sistema. Ausencia de inversión pública acumulada durante años, en infraestructuras vitales, zonas inundables muy pobladas, fallos estructurales en la organización, infraestructuras, recursos en emergencias, descoordinación y desorden en la gestión de esos recursos, etc., tanto del estado como de la autonomía. No es posible entender tanto despropósito, con consecuencias mortales, sin tener en cuenta esta combinación de factores.

Pero la escala de responsabilidades es de la Generalitat Valenciana y su President, Carlos Mazón, el dirigente con mayor nivel de rechazo social de toda la historia de la autonomía.

Su gobierno ha realizado una gestión basada en dos ideas: ocultar el 29-O y fiarlo todo a una reconstrucción que, de momento, no llega, llega de manera parcial y a cuentagotas y en algunos aspectos, es un auténtico desastre.

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El 29 de octubre de 2024

El relato que ha defendido la Generalitat sobre el 29-O es una mentira, detrás de un engaño, oculto en un enredo tras una nube de humo, presentado como un trampantojo. Lo sabemos porque el propio Carlos Mazón ha presentado ya varios relatos de lo que hizo ese día, de la toma de decisiones, etc., y algunos se contradicen. Lo sabemos porque, muchos meses después, aparecen pruebas (videos y audios) que la propia Generalitat valenciana negaba que existieran, afirmaba que desconocía o, directamente, ocultaba a la jueza Nuria Ruíz. Lo sabemos porque afloran pruebas nuevas (muchos meses después) que contradicen “todos” los relatos que el propio Mazón, y altos representantes de su gobierno, han presentado… Lo sabemos porque, aún no sabemos lo que pasó ese 29-O.

La investigación judicial, según los autos que se han ido elaborando y publicando, parte de la idea de que, si bien, los daños materiales eran difícilmente evitables, otra gestión de la DANA podría haber evitado las muertes y los daños personales que se produjeron. Unos autos demoledores que han ido desmintiendo una buena parte del relato que ha tratado de defender el gobierno valenciano. Y esta tesis le ha costado a la jueza tener que enfrentarse a una resistencia feroz de la Generalitat, por no hablar de obstrucción, ocultación de pruebas y otras mentiras, además de una miserable campaña de acoso contra su persona.

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La reconstrucción”

Respecto a la gestión de la reconstrucción, según los datos que se han ido publicando, hablamos de casi 300.000 hectáreas de cultivos afectadas en la provincia de Valencia; 80 municipios, con 850.000 personas (casi un tercio de la población de la provincia); 54.000 empresas afectadas, en las que trabajaban en torno a 350.000 personas; un tercio del PIB de la provincia; casi 1.000 km., entre infraestructuras ferroviarias y carreteras para reconstruir; 60.000 alumnos afectados; 75.000 viviendas; 120.000 vehículos; en torno a 100.000 personas en riesgo de exclusión beneficiarios del IMV o de pensiones no contributivas; Casi a un millón de personas afectadas y 229 muertos.

Una parte ya está resuelta pero el paso del calendario nos habla de que, aún a principios de octubre había colegios organizados en barracones, de que quedan casi 1.000 ascensores sin reparar, de que, de los 1.600 millones presupuestos con fondos europeos, solo han llegado unos 100 millones, de que persiste el “manglar” burocrático al que tienen que enfrentarse los afectados que piden, o esperan, una buena parte de las ayudas…por citar solo algunos ejemplos.

Y lo que se ve es que la reconstrucción se ha convertido en un auténtico negocio para una minoría de empresas (algunas vinculadas al caso Gurtel), fondos buitre que, como siempre, pretenden aprovecharse de la desgracia de la gente, y hasta empresas vinculadas al mismo lobby sionista apoyado por Aznar y Ayuso que patrocina algunos de los proyectos de la comunidad de Madrid o el equipo ciclista de Israel en la Vuelta de este año…

En resumen, lejos de asumir responsabilidades por los hechos en el día de la DANA, el gobierno de Mazón trata ahora de convertir la reconstrucción en un negocio milmillonario para bancos, fondos de inversión, fondos buitre o, directamente, “clientela” del PP. Un auténtico negocio a costa de la vida de decenas de miles de personas que ni perdonan ni van a olvidar.

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¿Qué hacer?

Un plan de reconstrucción al servicio de la gente tendría debería basarse en algunas cuestiones básicas:

Algunas de las portavoces de las asociaciones de víctimas, en la cabecera de una manifestación
  • Que se reponga completamente a las víctimas.
  • Que los responsables de la catástrofe respondan ante la justicia y, si es necesario que acaben en la cárcel.
  • Que las ayudas lleguen completamente y de manera rápida a los afectados, con una burocracia reducida al máximo.
  • Que los presupuestos sean transparentes y su gestión democrática y participativa.
  • Que se habiliten líneas de crédito (aparte de las ayudas) y se prohíba la presencia de bancos, multinacionales, empresas vinculadas a casos de corrupción y fondos buitre en la “zona cero” de la DANA.
  • Que se presente un plan integral que aborde la reconstrucción del conjunto del territorio afectado con medidas a medio y largo plazo, con una alternativa integral.
  • Que se revise el modelo urbanístico de conjunto.
  • Que se reviertan los recortes en recursos para emergencias y se actualicen los sistemas de organización y de toma de decisiones.

Hay muchas más medidas. Estas son solo algunas de las primordiales, pero apuntan en una dirección opuesta a la que pretende imponer Mazón y su gobierno.

El 29-O falló todo menos la gente que, venida de toda la Comunitat, de toda España y de muchas partes del mundo fueron el factor principal en una primera respuesta a una catástrofe de esta magnitud. La gente de Valencia no lo va a olvidar (igual que no olvidan lo otro) pero la pregunta sigue siendo la misma: no es si una cosa así volverá a pasar, sino… cuando.

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