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La tensión es máxima tras el intento de una flotilla militar ucraniana de llegar al mar de Azov desde el mar Negro a través del estrecho de Kerch, paso estratégico que une Rusia con la península de Crimea y que la flota del Kremlin guarda celosamente. El intento se saldó con un tiroteo, varios heridos y la captura de tres barcos ucranianos. A causa del incidente, el gobierno de Kiev ha aprobado la ley marcial durante un mes y la OTAN ha lanzado varias advertencias a Moscú.
Hace no muchos años, el Mar de Azov se gestionaba conjuntamente desde Ucrania y Rusia, y las naves de ambas naciones podían transitar por el estrecho de Kerch sin restricciones. Todo eso cambió con la anexión rusa de la península de Crimea en marzo de 2014. Moscú considera las aguas próximas a este estratégico estrecho como exclusivamente suyas y el año pasado construyó un macropuente para unir la península con la orilla rusa del Mar Negro. Por eso, el intento de paso de dos patrulleros y un remolcador que trataron de atravesar el paso, fue recibida a tiros, y las naves abordadas y capturadas.
El inestable armisticio de Minsk entre Rusia y Ucrania amenaza con convertirse -si es que no dejó de serlo alguna vez- en papel mojado. Las Fuerzas Armadas de Kiev han entrado en estado de alerta, mientras la Rada Suprema (Parlamento ucraniano) ha aprobado la ley marcial con una duración de 30 días. La aprobación de esta medida, propuesta por el presidente Petró Poroshenko, no ha sido en absoluto unánime. Fue aprobada por 276 diputados de los 450 que hay en total. Todo esto ocurre a pocos meses de las elecciones -previstas en Ucrania para marzo- donde la popularidad del presidente es muy baja y no figura entre los principales candidatos favoritos.
Mientras tanto, la OTAN y Kremlin se enseñan los dientes. “Las acciones tienen consecuencias”, ha dicho El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg. Donald Trump ha asegurado que «no le gusta la situación» y ha dicho estar trabajando con los dirigentes europeos para encontrar una solución.
ESPECTÁCULO DE LA HIBERNACIÓN dice:
El atlantismo presiona a Rusia para que ésta rebaje sus pretensiones de encaje en la estructura global, pero el propósito anglosionista no es en absoluto abocar al mundo a una guerra; «occidente» tiene por objeto poner a Rusia a negociar sobre el equilibrio en varios marcos territoriales, incluido el ucraniano.