SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Mas sí­ tiene una estrategia

Mariano Rajoy se planteó un otoño centrado en la recuperación económica, en lo que Montoro dice que es el “asombro” del mundo por su buen desempeño en la salida de la crisis. La realidad, a mediados de noviembre, anda bastante lejos, el “asombro” se produce por la implosión de la estabilidad política española fraguada en torno a la Constitución de 1978 durante un tercio de siglo (el mejor de la historia de España), al menos hasta 2010.

Ahora la acumulación de escándalos de corrupción, algunos esperpénticos, el desprestigio de los partidos políticos y la seria amenaza de secesión catalana, coloca a España a la lista de los países problemáticos, inseguros e inestables. La prima de riesgo no se ha movido estos días, pero los informes de los analistas han incorporado a su radar los factores de inestabilidad, incluso alguno ha recomendado que entre la deuda irlandesa y la española, mejor la primera.

Artur Mas ha acreditado durante las últimas horas que tiene una estrategia y que cuenta con una base entusiasmada. ¿Cuál es la estrategia de Rajoy y del PP? Silencio. Artur Mas se propuso hacer una consulta, Rajoy prometió que no se produciría y ha utilizado los recursos legales a su alcance para impedirla, pero nada más, ha sido insuficiente por incumplimiento. Consecuentemente el marco institucional ha sido burlado, superado. No ha sido un referéndum pero se parece bastante, tanto que Mas puede decir que ha cumplido.

Lo ocurrido en Cataluña ha sido una monumental recogida de firmas por la independencia, cuarto acto tras las sucesivas movilizaciones del 11 septiembre desde 2012. Artur Mas tiene ahora abierto el camino para unas elecciones que puede convocar cuando lo estime oportuno, a las que podría concurrir encabezando unas siglas excepcionales, por encima de CDC o CiU, que sumen la iniciativa popular que encabeza la Asamblea Nacional y demás compañeros de viaje al modo de aquella Liga Regionalista (1901) que encabezaron Prat de la Riva primero y Cambó más tarde.

Mas ha desbordado a Rajoy, le ha retado y desdeñado, y también ha adelantado en independentismo y liderazgo a su compañero/adversario Oriol Junqueras. La tesis de un Artur Mas marioneta de ERC pierde fuerza, y las posibilidades de un Artur Mas protagonizando una Declaración Unilateral de Independencia (DUI), si algo o alguien no lo impide, gana posibilidades. Hasta la independencia queda mucho trecho, pero la tensión y el proceso están garantizados.

Intentar desmerecer lo ocurrido ayer con cálculos aritméticos es posible, pero tiene pobre desarrollo, esa es la lógica del soberanismo independentista, seguir sumando partidarios, aunque sean ocasionales y por rechazo de lo demás. Artur Mas tiene estrategia y audacia, se ha colocado en una posición insurreccional, más allá de la Constitución y de las instituciones españolas, sin que nadie sea capaz de pararle.

El gobierno catalán es débil, no consigue ni siquiera sacar adelante un Presupuesto que no ha presentado en plazo, no tiene otra ocupación que empujar “el proceso” hacia la independencia, pero cuenta con más apoyos y aceptación en su territorio que el gobierno del PP en España. Rajoy no puede ni quiere aceptar el referéndum catalán por la independencia, pero ha tenido que tragarse algo que se le parece demasiado. Y no ha tenido respuesta, ni siquiera ha comparecido, como el gobierno de la RDA desapareció cuando los berlineses se atrevieron a cruzar el Muro.

Una salida para Rajoy sería convocar elecciones generales que articulen otra legitimidad democrática en España antes de que lo haga Artur Mas en Cataluña para componer una mayoría (aunque sea muy apurada) que abra la puerta a una secesión catastrófica para España y para Cataluña. Si las expectativas de voto del PP son bajas, lo más probable es que pasados seis meses sean más bajas. Más ganó el set del 9M, no ha ganado el partido, pero cuenta con la iniciativa.

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