La nueva reforma de la PAC

Más lí­mites al campo

La Comisión Europea ha presentado la propuesta para la enésima reforma de la Polí­tica Agraria Común (PAC) que entrará en funcionamiento en 2014. Como todas y cada una de las reformas anteriores, supone un nuevo golpe a nuestra producción agrí­cola y ganadera.

Durante años han ido aniquilando la producción, provocando la ruina de 250.000 pequeñas y medianas explotaciones, con la imposición de cuotas en la agricultura y ganadería (como la cuota lechera que nos obliga a producir 2 millones de litros de leche menos de la que consumimos) y las subvenciones a la destrucción de cultivos (como la remolacha, el tabaco o la vid) en función de los intereses de las grandes potencias y monopolios europeos.Y ahora pretenden estrangular al resto con el desmantelamiento del sistema de ayudas. Bajo la bandera de una reforma “más verde y más justa” según Ciolos, el comisario de Agricultura de la UE, lo que se oculta es una rebaja del presupuesto comunitario para el campo y una distribución que penaliza a países como España en beneficio, como siempre, de los intereses de las grandes potencias, especialmente de Alemania y sus intereses.Si sale adelante la reforma el presupuesto comunitario para la agricultura bajará del 40% al 33%, o sea, del 0,75% del PIB europeo al 43%. Para España, tercer país en recibir fondos de la PAC, puede perder en pagos directos más de 600 millones de euros.«Durante años han aniquilado la producción con la imposición de cuotas» Las organizaciones agrarias, COAG, ASAJA, UPA o la Unió de Llauradors denuncian otro retroceso del campo español si se aprueba esta nueva reforma que “estrangula al profesional agrario cargándole de burocracia, incrementando sus costes, limitando su capacidad productiva y reduciendo sus ingresos agrarios y por tanto, sus rentas”.La imposición del “pago único por hectárea”, desvinculado de la producción, sin reconocer la diversidad de cultivos ni los métodos de producción pone en serio peligro la viabilidad de muchas explotaciones en la zona mediterránea a favor de la continental, precisamente la que tienen potencias como Alemania, claramente favorecida.. La nueva reforma vuelve a poner de manifiesto que acabar con la dependencia de las cuotas y límites de producción impuestos por Bruselas, es una de las condiciones esenciales para acabar con las debilidades de un modelo económico que retrasan nuestra salida de la crisis y lastran la creación de riqueza y empleo.

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