SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Mas descarta la consulta como estaba prevista y plantea un 9-N alternativo

Artur Mas descarta celebrar la consulta el 9 de noviembre tal como la tenía prevista en el decreto de convocatoria suspendido por el Tribunal Constitucional y plantea a los partidos del bloque soberanista una alternativa basada en los artículos de la ley de Consultas aprobada por el Parlament que siguen en vigor. Es la conclusión del nuevo encuentro que mantuvieron ayer las formaciones defensoras de la consulta después de una maratoniana reunión de casi ocho horas y que este martes el presidente de la Generalitat explicitará en una comparecencia a las diez de la mañana en Palau.»El Govern nos ha trasladado que la consulta no se puede hacer, nosotros hemos hecho una propuesta alternativa, pero es el Govern el que mañana anunciará la propuesta y será después cuando nosotros nos pronunciaremos», declaró el coordinador nacional de ICV, Joan Herrera, que ejerció de improvisado portavoz, sobre las 22.30 horas, al abandonar la reunión mantenida en el Palau de Pedralbes. Era el tercer encuentro al más alto nivel después de los mantenidos el día 3 en el Palau de la Generalitat y el pasado jueves en el Palau Robert. Y a la tercera fue la vencida, porque los socios pro consulta salieron ayer manifestando posiciones que nada tenían que ver con la preservación de la unidad. En esta ocasión, el escenario escogido para la reunión fue el Palau de Pedralbes y la voluntad de celebrarla de forma discreta, alejada de la presión de los medios de comunicación, funcionó sólo a medias. Artur Mas, acompañado de la vicepresidenta Joana Ortega y del conseller Francesc Homs, se reunió con los dirigentes de CiU (Jordi Turull y Ramon Espadaler), ERC (Oriol Junqueras y Marta Rovira), ICV-EUiA (Joan Herrera y Joan Mena) y la CUP (David Fernández e Isabel Vallet) a partir del mediodía. Algunos almorzaron en el recinto y, después de un receso, reemprendieron un encuentro pasadas las 18.30 h que, según fuentes conocedoras de su desarrollo, vivió momentos de fuerte tensión y puso en evidencia la disparidad de criterios respecto a la fórmula adoptada por el Govern.El planteamiento del Govern es no desobedecer la suspensión del Tribunal Constitucional a partir de la impugnación presentada por el Gobierno español y no colocar, por tanto, las urnas el 9 de noviembre. A pesar de ello, su intención es buscar alguna alternativa que la sustituya -como ya adelantó La Vanguardia la semana pasada-, amparada en los artículos de la ley no suspendidos que regulan los procesos de participación ciudadana y que prevén, al menos, tres fórmulas: encuestas, audiencias públicas y foros de participación. El presidente de la Generalitat no acabó de concretar a cuál de ellas se refería. Es lo que previsiblemente hará en su comparecencia, en la que explicará que, de todas formas, será una forma de votar, en un intento de desdramatizar la renuncia a la consulta como estaba prevista, y a su juicio no recurrible por parte del Gobierno español, por no implicar ningún acto administrativo. La fórmula que finalmente anuncie se pondrá en práctica, en cualquier caso, en locales de la Generalitat. De hecho la Conselleria de Governació tiene listo un mapa con locales de la administración autonómica desde hace meses para no depender a los ayuntamientos en la nueva propuesta. La alternativa para el 9 de noviembre planteada por Artur Mas no gustó ni a ERC ni a ICV-EUiA ni a la CUP. Pero de manera muy especial concitó el rechazo de los representantes de ERC, que, según fuentes próximas a los asistentes a la reunión, se expresaron en términos muy duros hacia el presidente de la Generalitat y llegaron a acusarle de «negligencia en la gestión» de la situación. E incluso plantearon que, a la vista de la evolución de los acontecimientos, la única salida era que el Parlament realizara una declaración de independencia y diera paso a la apertura de un proceso constituyente. Una declaración que los presentes en el encuentro interpretaron como la clara voluntad de llevar a no tardar la iniciativa a la Cámara catalana para someterla a votación.Desde ERC, se apuntaba en todo caso a unas elecciones, ya que se plantea que para esa declaración de independencia se requiere de un Parlament con mayoría independentista. Ese fue el mensaje de Oriol Junqueras vía Twitter. Los republicanos lamentaban, además, que al rechazar el Govern reiteradamente su entrada en el gabinete para blindar la consulta lo único que había conseguido era frustrarla e imponer un nuevo escenario, un proceso participativo, «que en ningún caso hemos pactado». A pesar de ello, ERC se mostraba dispuesta a ayudar al Govern para «aprovechar todas las oportunidades» y subrayaba que en ningún caso la alternativa que se acabe aplicando sustituiría a la consulta, según Junqueras. Y que ante la oposición del Gobierno español y la renuncia del Govern de la Generalitat, «el único camino» es la declaración de independencia.El enfrentamiento abierto entre CiU y ERC pone en jaque la estabilidad parlamentaria del Govern. Por ello, desde CiU, Josep Rull se afanaba anoche a pedir «calma» y aparcar los «cálculos partidistas» a la espera de que Mas explique «cómo se vota el 9-N y cómo superamos la agresión del Estado Español».A la CUP tampoco le gustó la alternativa y, una vez concluida la reunión, convocó a los ciudadanos a una asamblea abierta frente al Palau de la Generalitat, en la plaza Sant Jaume. Por su parte, ICV-EUiA también se descolgó de la propuesta del Govern, aunque pospuso su valoración hasta que hable el president. La formación ecosocialista hacía días que estaba apostando por dejar claro que el 9 de noviembre la consulta ya no era posible -que es también la postura que defiende UDC- y, en su lugar, estaría dispuesta a llevar a cabo alguna acción reivindicativa y de protesta, como, por ejemplo, una masiva recogida de firmas para elevarlas a instancias europeas.Antes del desenlace de la reunión de ayer, la militancia de ICV había avalado la propuesta de la dirección de dar libertad de voto en la segunda parte de la pregunta de la consulta inicialmente prevista, la relativa a si Catalunya ha de ser independiente o no. En una votación interna entre los días 1 y 12 del presente mes de octubre, en la que participaron el 24,38% de los militantes, el 80,71% ratificó el planteamiento de votar sí en la parte de la pregunta que requiere si Catalunya ha de convertirse en un Estado y dar «pluralidad de voto» en la parte que interroga sobre la independencia.

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