«Ignorantes», «salvajes», «cobardes», «asesinos de policías», «terroristas» son algunos de los epítetos que los principales portavoces del gobierno han disparado contra los indígenas en los días siguientes a la masacre de Bagua. En la Amazonía, que ha sido militarizada, los nativos han comenzado a replegarse a sus comunidades en la zona de la masacre amedrentados por el toque de queda del ejército y las detenciones y desapariciones que se estiman según las comunidades, que buscan a los que no regresaron a sus casas, en más de mil desaparecidos.
La orden del sátraa Alan García y su partido es clara, acabar de la forma que sea con el movimiento indígena. El presidente peruano y su partido tienen un largo historial como genocidas en la defensa de los intereses del imperialismo y sus monopolios. En la memoria de los peruanos está la matanza de los penales de Lima o el infame comando «Rodrigo Franco», un escuadrón de la muerte formado por el gobierno de Alan García en su anterior gobierno, que utilizo la escusa de la guerra antisubversiva, para hacer desaparecer a dirigentes sindicales, estudiantiles en la década de los ochenta. Fujimori no es el único genocida que queda por juzgar en Perú. A la hora de defender los derechos de los monopolios y la oligarquía vendepatrias de Perú, Alan García Pérez y su partido el APRA, desvelan su autentica cara genocida y fascista.La magnitud de la masacre del 5 de junio, a la que se suma la vendetta policial, que para saciar su sed de venganza sacó heridos de los hospitales para matarlos, arrojando sus cuerpos al río o cremándolos, tal como dan cuenta diversos medios alternativos, no sólo muestra la fibra genocida del gobierno aprista sino también el carácter mismo del Estado peruano, efectivamente fallido, roto, que sólo existe para los pueblos indígenas cuando se trata de expoliarlos y que descarga sus ráfagas asesinas cuando esas «minorías» se rebelan a sus atropellos. Se acusa a esta «minoría» nada menos que de «egoísmo» por defender sus territorios ancestrales y los recursos naturales existentes en el subsuelo. Se ha pretendido una ridícula ingeniería social para «acomodar» a las poblaciones nativas con el fin de que los pulpos multinacionales de hidrocarburos puedan hacer lo suyo, destruyendo la naturaleza y la vida. Pero es evidente que los poderosos, masacre de por medio, agitando además una supuesta «conspiración internacional» contraria al «desarrollo» del Perú, no han logrado imponerse.La estrategia de los sátrapas del Apra, criminalizando a los indígenas, llamándolos asesinos de policías, persiguiendo a sus lideres como a Alberto Pizango asilado en la embajada de Nicaragua al cual acusan de sedición e instar a la violencia. Los «bufalos» apristas descargan todo su arsenal mediático y judicial contra los indígenas, prometen mano dura si esto vuelve a suceder. Si lo que ha ocurrido es el aspecto mas «blando» de la respuesta hitleriana del Apra, a mucho se les ponen los pelos de punta, solo pensando en que tipo de holocausto tendrán en mente cuando hablan de mano «dura «Pero toda esta diatriba con el objetivo de dividir al pueblo peruano no a funcionado. Al contrario, al intentarlo han desatado una nueva crisis política cuya dinámica es por ahora imprevisible, más aún cuando no ya tal o cual «minoría» sino la inmensa mayoría del pueblo trabajador, en uno u otro lugar del país, se está movilizando en repudio al gobierno. La solidaridad con los pueblos amazónicos se expresó el jueves 11 de junio en una jornada nacional de protesta convocada por diversas organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles, barriales y culturales. Los pueblos originarios, de norte a sur, en los Andes y en la Amazonía, nuevamente responderán al mandamás de turno, a su TLC y a sus crímenes. El Frente Nacional por la Vida y la Soberanía anunció ayer la radicalización de las medidas de fuerza en respaldo de la protesta de los indígenas de la Amazonía con la realización del Paro Nacional los días 7, 8 y 9 de julio próximo y el compromiso de impulsar un juicio en tribunales internacionales contra el presidente Alan García por genocidio y violación de tratados internacionales de derechos humanos.El secretario general de la Confederación General de Trabajadores de Perú, una de las organizaciones integrantes del frente, Mario Huamán, llamó a todas las organizaciones que el jueves participaron en la jornada nacional a demostrar nuevamente su rechazo a «la prepotencia y soberbia del gobierno que incluso ha llegado a excluir a Aidesep del diálogo, exigir la renuncia del Gabinete Ministerial ilegítimo y la derogación de los decretos legislativos inconstitucionales».Dijo que el pueblo se ha pronunciado multitudinariamente contra la muerte de policías y nativos en Bagua, la suspensión de los decretos legislativos. «Demandamos la dimisión inmediata del premier Yehude Simon y la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, quienes están descalificados moralmente para reanudar algún diálogo», sostuvo.Después de la masacre de los indígenas ocurrida hace una semana y la respuesta del gobierno, que ha pretendido negar los hechos, cada vez con más claridad se borra el maquillaje democrático del APRA para dejarnos ver en toda su crudeza su esencia prohegemonista y fascista. En el ambiente político comienza a imponerse la sensación de un peligroso deterioro de la democracia. El gobierno está más debilitado que nunca y ha perdido legitimidad. Ya ha demostrado de lo que es capaz, ahora esta como una alimaña herida y se vuelve más peligroso por momentos.