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Más ajustes para embridar el déficit

El ministro de Economía español, Luis de Guindos, prometió ayer a sus socios de la zona euro que el Gobierno hará más ajustes si lo considera necesario para cumplir con su «absoluto compromiso» de reducir el déficit hasta el 6,3% del PIB pactado para el cierre de este año. Pero Guindos también aprovechó su reunión en Luxemburgo para culpar a algunos países de parte de los problemas de financiación que está sufriendo España. A su llegada, el ministro español declaró que «en estos momentos en la prima de riesgo de una serie de países se han reflejado las dudas sobre la continuidad del euro y eso hay que eliminarlo», advirtió.El Gobierno insiste en que todos «deben poner de su parte» para acabar con la incertidumbre que sobrevuela la Eurozona. «Mientras existan dudas, es difícil que haya una recuperación en España». Según Guindos el programa de compra de bonos del BCE -supeditado a condiciones- «es un paso fundamental», pero también mencionó otros asuntos como la Unión Bancaria y fiscal, ante la que algunos países, entre ellos Alemania, están planteando algunas trabas que según el Gobierno no ayudan a España.En el seno del Eurogrupo se han limado algo las diferencias entre sus distintos miembros acerca de si el Gobierno debe o no pedir un rescate. De puertas hacia fuera, la tesis alemana de que España no necesita un nuevo programa de ayuda ha calado en países como Italia, Luxemburgo o Austria, cuyos ministros de Finanzas también sostuvieron ayer que ahora lo que hace falta es que España siga adelante con las reformas. «No hemos discutido un posible rescate», zanjó el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Eso sí, durante las casi seis horas de reunión hubo un llamamiento unánime al Gobierno a «seguir con su estrategia de consolidación fiscal» para cumplir con el objetivo de déficit.La Eurozona celebraba ayer la inauguración del nuevo Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) como si supusiera un punto y aparte en esta crisis, incluso con la impresión por parte de algunos de los miembros del Eurogrupo de que lo peor ya ha pasado. «Soy menos pesimista que en septiembre», dijo el vicepresidente de la Comisión Europea y titular de Economía, Olli Rehn.En el Eurogrupo existe cierta satisfacción con los progresos de España en materia de reformas, pero con la incertidumbre sobre la capacidad del Gobierno y las Comunidades Autónomas para cumplir con el déficit. Respecto al programa de ayuda a la banca, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, anunció que su equipo viajará a Madrid a finales de la próxima semana para comenzar la primera revisión y el director gerente del Mede, Klaus Regling, confirmó que el primer tramo de ayuda será desembolsado en noviembre.Donde no hay la misma unidad en el mensaje es en el caso griego. Aún no hay una decisión tomada para desbloquear el siguiente tramo de ayuda (31.000 millones) y algunos socios siguen mostrándose inflexibles ante la idea sugerida por el Fondo Monetario Internacional de que asuman pérdidas en los préstamos ya realizados al país. Entre ellos el ministro holandés, Jan Kees de Jager, que recordó que «la única forma de que salga de ésta es haciendo más recortes y ahorrando dinero». Otros, como el luxemburgués, Luc Frieden, sí están dispuestos a dar más tiempo al país para cumplir los objetivos de déficit siempre que ello «no requiera mucho más dinero».

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