Ocio

Marx jugaba al Fútbol los Domingos

Puede leerse hoy en Babelia de el Paí­s, un artí­culo de Pablo Nacach titulado «Marx y el estado cataléptico». El escritor bonaerense trata de responderse a la pregunta de si «Marx ha resucitado cual ave fénix o nunca se habí­a muerto del todo», dado que se ha convertido en uno de los autores más leí­dos y el Capital el libro más vendido en muchos paí­ses.

Marx no es el tema, aunque si la conclusión: “Arovechemos el tirón, que la fama es puro cuento […] para recordar una vez más que existe una dermis en la que los dueños del Capital y sus cipayos jamás podrán posar sus garras […] (la) lucidez para pensar libremente y actuar en consecuencia y en la realidad”… lucidez, libertad, consecuencia y realidad. Entre los libros publicados por Pablo Nacach se encuentra “Fútbol. La vida en domingo”. Y en él reivindica una concepción noble y libre de la dimensión lúdica frente a las servidumbres que quieren ser impuestas aun con dopamina. No trata de buscar una justificación intelectual o una especie de calzador conceptual para la pasión futbolera, ni un panfleto izquierdista contra los mass media y el negocio del fútbol. Es un inteligente y divertido alegato contra la infantilización de lo que pérfidamente se ha dado en llamar “tiempo libre”. Precisamente hace tres semanas se publicó en The Times la lista de los “ganadores de la crisis”, entre ellos estaba Marx dado el volumen de ventas del Capital. Pero también aparecía el grupo Reckitt Benckirser, fabricante de lavavajillas en el Reino Unido. Esta marca aumentó sus beneficios ”porque la gente está dejando de cenar fuera de casa”, se decía. Y por otra parte se presentaba el incremento del consumo de Internet, con un 60% de los hogares españoles conectados; la hora punta de conexión es a partir de las 22h, la hora de salir. Los grandes del sector empresarial del ocio ya estiman que en el 2009 van a aumentar un 10% los beneficios. Como califica Manuel Javier Callejo – profesor de Sociología de la UNED – se está produciendo un proceso de “mercantilización del ocio casero”. El ocio al aire libre ya goza de trayectoria en esta dirección. De hecho, dentro de esta maraña de beneficios “ociosos” sin duda el más perjudicado ha sido el fútbol. Y, en este sentido, el libro de Pablo Nacach es un soplo de aire fresco. En su libro “El fútbol a sol y sombra”, Eduardo Galeano deja caer, con la creatividad que le caracteriza, motas de polvo inbarribles: “A medida que el deporte se ha hecho industria ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí […] renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohíbe la osadía” Frente al desprecio futbolero de una parte de la intelectualidad de izquierdas, Galeano nos recuerda que el club Argentinos Juniors adoptó el nombre de Mártires de Chicago para recordar a los obreros anarquistas ahorcados un primero de mayo, y que fue un primero de mayo el día que nació el club Chacarita en una biblioteca anarquista de Buenos Aires. Hay una historia que no nos cuentan. Existe un placer del que quieren apropiarse

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