Miles de empleos puestos en cuestión.

Marruecos produce, las multinacionales se enrriquecen.

Mientras las importaciones de tomate marroquí­ se descontrola por sus irregularidades el campo español ve en peligro el sector hhortofruticola.

La lucha contra la imortación irregular de tomate marroquí y el aumento de cupo se va ampliando. Durante el último mes se han ido movilizando agricultores a través de COAG, principalmente. Las movilizaciones han sido tanto en Madrid como en Almería. Los principales productores españoles son Valencia, Murcia, Andalucía y Canarias. Supone miles de puestos de trabajo, mayoritariamente en pequeñas y medianas empresas familiares. Los que están detrás de esas importaciones irregulares son principalmente multinacionales europeas afincadas en Marruecos. Lo que realmente no deja demasiado beneficio para el pueblo marroquí. Según agricultores españoles sería más lógico la utilización de la agricultura marroquí para el autoabastecimiento de un país que entra en el ranking mundial de pobreza. Valencia, Murcia, Andalucía y Canarias, que tienen el 90% de la producción española de tomate, han firmado una declaración para exigir que España no resulte dañada por la revisión del acuerdo con Marruecos. La patronal de este sector socio-económico en Alicante, Fepex, valora este gesto político. En Almería, ayer, se reunieron consejeros de Andalucía, Canarias y Murcia y el Director General de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Valencia. España es el primer productor europeo, con 2,37 millones de toneladas, y el primer exportador, con 884.000 toneladas para la Unión Europea. En el texto firmado por los representantes políticos de estas comunidades se exige. Que se acaben las concesiones a Marruecos. Que las importaciones dejen de distribuirse trimestralmente. Trasparencia en los precios a Marruecos mediante la unificación de criterios. Controles aduaneros eficientes y aumento de controles fitosanitarios. Además plantean el estudio del potencial marroquí y la cooperación entre España y Marruecos en este sector. Según cálculos de distintas asociaciones y patronales del sector Marruecos desborda por sistema el cupo máximo de 170.000 toneladas anuales que se debería cumplir desde hace ocho años. La cuestión es, ¿cómo es posible desde el gobierno central se permita que se pongan en cuestión la continuidad de un sector que ahora mismo crea empleo? El desmantelamiento del sector hortofrutícola español sólo beneficia a las multinacionales europeas afincadas en Marruecos, pero merma nuestra independencia alimenticia. Estratégicamente y coyunturalmente es necesario defender este sector frente a las imposiciones europeas

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