SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Maratón, no ‘sprint’

Una interpretación ajustada del informe sobre las previsiones económicas de invierno hecho público estos días por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y de las palabras de su economista jefe, el francés Olivier Blanchard permite deducir -más allá de las cifras- dos mensajes sobre el ajuste fiscal que ha de hacer el Gobierno español para cumplir con las exigencias de Bruselas (pasar de un déficit público en 2011 que oscilará entre el 8% y el 8,4% del PIB a otro del 4,4% a final del ejercicio en curso).

El primer mensaje es que hacer un esfuerzo fiscal (mezcla de aumento de ingresos y de reducción de gastos) de alrededor de cuatro puntos en un solo año en un país en recesión es una tarea imposible, si no se quiere resquebrajar el mismo desde el punto de vista político y, sobre todo, social. Ello solo lo pueden sostener los fanáticos de la ingeniería social que no conocen las condiciones reales de la población.

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