¿Por qué la ministra de Fomento sigue?

Mantener para debilitar

El presidente del PP, Mariano Rajoy, pidió ayer de nuevo la dimisión o cese de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, porque su «presencia en el Gobierno es una burla para los ciudadanos». Sin embargo, la ministra ya habí­a asegurado ayer mismo que se siente respaldada por el presidente del Gobierno, pidió disculpas por «la parte de su responsabilidad» en la situación creada en Barajas y anunció la apertura de un expediente informativo a Iberia.

«La incompetencia de la ministra es supina; la vaciedad de sus argumentos, insuperable; y sus explicaciones, ni a cómicas llegan», añadió el líder popular. Por ello, y ante el colapso que ha padecido el aeropuerto de Barajas en los últimos días, su presencia en el Gobierno resulta «una burla para los ciudadanos», que consecuentemente reciben «un trato impropio de un país civilizado», concluyó Rajoy. Sin embargo, a pesar de las críticas y de las peticiones de dimisión realizadas por el PP, la ministra de Fomento continúa en el cargo en la actual legislatura. Cuando, además, ya fue reprobada, de forma políticamente destacada, por el Parlamento durante la legislatura pasada por su gestión ante los importantes problemas surgidos en las obras del AVE a Barcelona, con los consiguientes retrasos y aumento del gasto. Igualmente fue reprobada por los graves incidentes generados en la red de Cercanías de la capital catalana que causaron perjuicios económicos y personales a decenas de miles de usuarios. Ahora, tras este nuevo y grave problema en el aeropuerto de Barajas, y sumando éste a los anteriores, la ministra Álvarez no dimite ni el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se plantea cesarla del cargo. No es conveniente ni útil, para defender los intereses de los ciudadanos de a pie, explicar las decisiones políticas como caprichos “personales”. Y menos, si cabe, en el caso de Zapatero. Sabemos que su “persona” política no le pertenece a él sino a su dueño. Según avanza la crisis, va quedando claro que Botín decidía a través de la “persona” política de Zapatero. Y Zapatero mientras nos distraía con los matrimonios homosexuales, el aborto, la ministra de la igualdad y sus “palabros”… No será que Zapatero nos distrae con la ineptitud de la ministra de Fomento, dejando que Rajoy llegue a otorgarla un papel de gafe: “es una pesadilla. Cuando te la encuentres por una acera cámbiate a la siguiente». Cuando, en realidad, sigue avanzando en la política de disgregación y debilitamiento de España con la nueva financiación autonómica. Y qué mejor que convertir el ministerio de las infraestructuras nacionales, el de Fomento, en el hazmerreír ante los ciudadanos y en el blanco de todas las críticas “autonómicas”.

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