Pescanova, en el punto mira del capital alemán

Maniobras en la oscuridad

La multinacional española Pescanova, empresa de referencia mundial y lí­der del sector pesquero europeo, ha entrado en concurso de acreedores en apenas un mes. No estamos, sin embargo, ante una empresa hundida por la crisis. Según los sindicatos presentes en Pescanova, es un grupo «viable y productivo, con aumento del volumen de facturación y beneficios» en los últimos años.

En los nueve primeros meses de 2012 obtuvo un beneficio neto de 24,9 millones de euros y una facturación de 1.149 millones de euros, con un crecimiento por encima del 6%. Entonces, ¿cómo es posible que una multinacional con esas condiciones entre en suspensión de pagos?

Las claves empiezan a aparecer a partir de la reunión del consejo del pasado 26 de febrero, cuando los hermanos Carceller del grupo Damm (con el 6,183% de las acciones), en alianza con el fondo luxemburgués Luxempart (5,83%), se enfrentan con el accionista mayoritario, Férnández de Sousa (14,42% de acciones, hijo del fundador) y deciden no firmar las cuentas, precipitando el preconcurso de acreedores, a pesar de que dos días antes la auditora de Pescanova, BDO, había comunicado su disposición a dar informes de “auditoría favorable… sin incidencias”.

«Todo apunta a que que los alemanes de Oetker se hagan con Pescanova» Pescanova se ve obligada a comunicar a la CNMV que no presentará sus cuentas de 2012, la sospecha de una supuesta duplicidad de cuentas se dispara (se habla de una deuda real de 2.500 millones frente a los 1.422 reconocidos oficialmente) y su valor en bolsa cae en picado: en apenas un mes pierde más del 70% de su valor bursátil, unos 300 millones de euros. Por su parte Sousa ha denunciado a la auditora BDO en un intento por seguir controlando la empresa y defender su “galleguidad”.

La auténtica clave estaría en quién hay detrás de Damm y para quién trabaja José Carceller, consejero de Pescanova en representación de la cervecera presidida por su hermano Demetrio Carceller.

Todo apunta a que sus actuaciones se encaminan a apartar a Fernández Sousa y dejar vía libre para que los alemanes de Oetker (principales accionistas de Damm con el 25% de acciones) se hagan con Pescanova.

El grupo Oekter, con 26.000 trabajadores en toda Europa y una facturación anual de más de 10.000 millones de euros, controla negocios multimillonarios de alimentación (a través de la marca Dr. Oekter); bebidas (cervezas y vinos); industria (es dueña del grupo Hamburg Süd, la mayor naviera privada de Alemania) y banca (los Oekter son propietarios de Bankhaus Lampe, un banco de inversión alemán).


Además poseen negocios relacionados con la industria química, el transporte (Roland Transport) y el turismo (una cadena de hoteles de lujo con establecimientos en Alemania, Francia y Marruecos). En España disponen ya de tres fábricas de pastelería, productos químicos y aditivos alimentarios en Murcia, Zaragoza y Valencia.
De nuevo el gran capital alemán (como en otros casos hace el norteamericano) al acecho de las “joyas de la corona” españolas, maniobrando para rebajar su valor hasta hacerse con ellas al menor coste posible.

Pescanova
Pescanova fundada en 1960 en Vigo está hoy entre las 10 empresas más importantes del mundo del sector.

Revolucionó el sector con el uso de grandes buques congeladores que procesaban y ultracongelaban las capturas a bordo del propio barco.

Actualmente tiene una plantilla de 10.278 trabajadores, 1.262 en España, cuenta con 85 buques factoría, 25 plantas de procesado y piscifactorías en Portugal, Francia o Italia y plantas en Namibia u Honduras.

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