«Hoy, teniendo en cuenta el número de gendarmes que llegaron a Guadalupe armados hasta los dientes, el Estado francés eligió su vía natural: matar a gente de Guadalupe, como siempre»,
Ya está ronto a cumplirse un mes desde que inició el movimiento de huelga en Guadalupe, donde miles de manifestantes (9 mil según la policía y 50 mil según los organizadores) marcharon este sábado a horas de la noche para denunciar la «represión y el poder de la minoría blanca en la economía».La secretaria de Estado de Derechos Humanos, Rama Yade, reconoció en París la presencia de un «gran malestar» por el «problema del reparto de la riqueza», que ha «exacerbado» las tensiones frente a la minoría blanca.Asimismo, reiteró que el Gobierno está habilitado para abordar «todos los problemas» de los departamentos de Ultramar.»Guadalupe es nuestra, Guadalupe no es suya», era alguna de las consignas en oposición a los llamados «bekés», descendientes de los colonos y esclavistas, que manipulan la mayor parte de la economía local, como ocurre también en Martinica, otra isla de las antillas francesas.Elie Domota, portavoz del «Colectivo contra la Explotación» y promotor de la movilización, inculpó a las autoridades de asumir medidas represivas.Por su parte, el secretario de Estado de Territorios de Ultramar, Yves Jego, dijo que el gobierno será «muy riguroso para hacer respetar el Estado de derecho», al tiempo que reiteró la intención de «dar respuestas sociales» al problema.»Hoy, teniendo en cuenta el número de gendarmes que llegaron a Guadalupe armados hasta los dientes, el Estado francés eligió su vía natural: matar a gente de Guadalupe, como siempre», añadió Elie Domota.En tanto, Christiane Taubira diputada del Partido Radical de Izquierda de la Guayana Francesa, denunció un sistema que «roza el apartheid social», donde «una casta tiene el poder económico y abusa de él», en una entrevista con el Journal du Dimanche.La isla de Guadalupe se encuentra paralizada desde el pasado 20 de enero.El movimiento se extendió a la isla de Martinica y se propagó a la Reunión (isla del Océano Índico), donde una delegación del Partido Socialista calificó este domingo la situación de «muy crítica».Los acuerdos ejecutados por Yves Jego se rompieron esta semana, luego del rechazo del gobierno a aumentar 200 euros los salarios más bajos, como reclamaban los huelguistas, que también existen un recorte de los precios de los productos básicos.El índice del desempleo supera el 20%, según los sindicatos, es decir, más del doble que en Francia en momentos en que los bienes cuestan más: por ejemplo, la leche es 44,7% más cara que la vendida en Francia y las pastas 80% más.Los sindicatos califican la situación en Martinica de «extremadamente crítica» pues, afirman, 70.000 habitantes viven por debajo del nivel de pobreza.Mientras el gobierno teme la propagación de las reivindicaciones a la metrópoli, once organizaciones de izquierda llamaron a manifestar el lunes en París en apoyo a los «trabajadores de Guadalupe, Martinica, Guayana y la Reunión».