Arquitectura

Madrid ciudad monopolio

La capital española ha pasado a ser una ciudad global, muestra de la nueva posición alcanzada por la oligarquí­a española, cuya nueva imagen es definida por sus grandes infraestructuras y su nuevo skyline repleto de sedes de grandes monopolios españoles. Aunque el crecimiento económico ha sido generalizado, esto no significa que haya sido equitativo, y se han aumentando enormemente las desigualdades sociales segregando la ciudad.

Madrid se ha convertido en una ciudad global: centro financiero y emresarial que construye su fortuna sobre una concentración de ciertos sectores estratégicos. La capital acoge las sedes y oficinas centrales de grandes empresas que operan a escala multirregional y en grandes mercados financieros en los que mueven riquezas mayores que las que posee un país mediano. Treinta empresas españolas se encuentran entre las 2000 más grandes del mundo, y algunas de ellas están entre las 10 primeras del sector. De estos grandes monopolios, veintitrés tienen su sede en Madrid, aupando a la capital española a la octava posición de ciudades con grandes sedes, permitiendo que el nombre de Madrid brille al lado de otras grandes urbes europeas como París, Londres o Milán. Pero este galáctico crecimiento que ha puesto a Madrid en las primeras posiciones económicas también ha colocado a la Comunidad Autónoma de Madrid como la que más desigualdad contiene entre las rentas más bajas y más altas de España. Frente a los sueldos astronómicos de los directivos, más de un millón de asalariados ganan menos de 15.000 euros brutos anuales. Manifiesto por Madrid del grupo Observatorio metropolitano explica la segregación que ha sufrido la ciudad entre el norte y el sur: “los grandes municipios del sur (Parla, Fuenlabrada, Getafe o Móstoles) son ahora comparativamente mucho más pobres que las grandes aglomeraciones suburbanas del arco norte y oeste (Pozuelo, Majadahonda o Torrelodones). Esta segregación se ha visto además reforzada por la localización de servicios sociales privados (clínicas, universidades…), complejos de ocio exclusivos (como los clubs de golf) y centros financieros y corporativos (véanse las ciudades-empresa del Santander y Telefónica, o el complejo de las Cuatro Torres) en el norte y oeste de la región. Mientras, los polígonos industriales, los centros logísticos y todas las instalaciones de desecho (incineradoras, depuradoras, escombreras…) se han situado invariablemente en el sur y el este de la metrópolis.” La ciudad de los monopolios es también la ciudad de la segregación y en periodos de crisis este modelo puede llegar a ser tremendamente peligroso porque ya sabemos que los monopolios se concentran y el abismo social se incrementa.

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