Macri con pies de barro

Argentina se ha convertido en un campo de batalla, en un avispero de luchas populares que arrecian sin cesar, tornando en barro los pies del gobierno Macri

El mandato de Mauricio Macri en Argentina se atasca en un pantano de continuas caceroladas, protestas y huelgas. La imagen del presidente continúa deteriorándose -cayendo 12 puntos en apenas tres meses- ante una opinión pública cada vez más enojada ante el galopante aumento de las tarifas básicas, la inflación y la pobreza, y los draconianos ataques a salarios y pensiones. Las masivas movilizaciones, que han tenido una breve pausa con el parón vacacional, volverán a la carga a finales de febrero

Tras un convulso mes de diciembre, en el que las batallas campales entre policía y manifestantes -que protestaban ante una reforma de las pensiones que reducirá como mínimo un 13% su cuantía y la de los subsidios de los más pobres- llegaron a los pies del Congreso, con manifestaciones de más de 400.000 personas solo en Buenos Aires, las vacaciones del verano austral han dado una pequeña tregua al gobierno de Macri. Pero las encuestas siguen castigando: solo cuatro de cada diez argentinos aprueban su gestión, mientras que la mayoría (66%) considera su gobierno nefasto, y que la situación en su casa está mal o muy mal debido al aumento de las tarifas, la inflación, la pobreza y la merma de las jubilaciones.

El mes de febrero arranca con nuevos tarifazos en el transporte público (de hasta el 37%), en el precio de la electricidad (aumento del 24%), y otros aumentos del gas, agua, teléfonos, peajes, etc. La devaluación -en un 13% en dos meses- del peso argentino respecto al dólar también incide en una galopada de la inflación que está diezmando el bolsillo de los más pobres. Tras dos años y medio de un gobierno Macri que llegó a la Casa Rosada con la promesa de lograr la «pobreza cero», una mueca de indignación se dibuja en la mayoría de los ciudadanos argentinos, y la izquierda y los sindicatos ya calientan de nuevo motores para una gran marcha el 22 de febrero.

Mientras tanto, Macri se ha reunido con el Secretario de Estado norteamericano, de gira por Argentina, en un encuentro en el que han hablado -entre otras cosas- de acordar posturas conjuntas contra Venezuela en Mercosur, o de los términos del intercambio comercial entre Argentina y EEUU. La entrega de la Casa Rosada a los intereses del capital extranjero -en especial el norteamericano y el europeo- han hecho incluso que vuelvan las «maquilas» (zonas francas en la frontera, donde rigen legislaciones laborales draconianas, a la medida de la voracidad de las multinacionales) al territorio argentino. Macri inauguró una de estas zonas francas en la provincia de Jujuy, para «captar inversiones extranjeras».

Las elecciones presidenciales quedan aún lejos -octubre de 2019- pero el año y medio que le queda de gobierno a Macri se antoja crecientemente complicado. Argentina se ha convertido en un campo de batalla, en un avispero de luchas populares que arrecian sin cesar, tornando en barro los pies de un gobierno Macri que creyó poder avanzar impetuoso. Ya veremos quién arrolla a quién.

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