Cargando...El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tras adelantar en la primera jornada del Debate sobre el estado de la Nación que el Consejo de Ministros aprobará hoy un paquete de leyes de fomento de la financiación para mejorar la liquidez empresarial, dio ayer finalmente su consentimiento al informe por el cual se creará una suerte de «banco malo» para convertir la deuda de empresas que actualmente son insolventes -pero pueden ser viables- en capital. Es el llamado proyecto Midas, elaborado por N+1 y McKinsey.
Tal y como adelantó ABC, se trata, en esencia, de que las entidades financieras ayuden a empresas que, aunque muy endeudadas, mantienen resultados brutos de explotación (ebitda) positivos, mediante la capitalización de parte de su deuda. Estas traspasarían a un fondo o vehículo de gestión independiente las provisiones por créditos morosos (deuda no sostenible) y se convertirían en dueños de las empresas evitando así su quiebra.
La iniciativa no desagrada a las entidades financieras que saben que si «rescatan» o participan del capital de una empresa solvente sus posibilidades de recuperar su dinero aumentan en lugar de realizar quitas o refinanciaciones.
Los seis grandes dicen «sí»Según ha podido saber este periódico, para dar el espaldarazo final al proyecto Midas, la gran banca -representada por los seis grandes: Santander, BBVA, La Caixa, Popular, Sabadell y Bankia, más la patronal AEB- se reunió por última vez con el ministro de Economía, Luis de Guindos, hace 15 días (después de año y medio dándole vueltas al proyecto).
Con reticencias por parte de alguno de ellos, la banca puso sus condiciones para participar en el proyecto ante el ministro. La principal es que la deuda «sostenible» de esas empresas no se considere morosa para no tener que hacer provisiones adicionales a las ya constituidas.
También, pide que esta deuda no sea subordinada en caso de concurso y que se pueda llegar a un acuerdo de acreedores con la aprobación de menos del 55% de los mismos. Otro de los logros es que la capitalización de la deuda de las compañías o su condonación por parte de la banca no tenga impacto fiscal. La ley estará incluída en el Plan Nacional de Reformas que se presentará a Europa el próximo abril.