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Luz al final del túnel

Dice el ministro de Hacienda Montoro que ya se ve la luz al final del túnel y que es el resplandor de la salida. No se trata de que viene otro tren de frente y que el choque está asegurado. Al contrario : Happy days are here again, los Felices Días están aquí de nuevo, curiosamente una canción americana de 1929, el año del crash bursátil en Wall Street al que siguió la Gran Depresión.

Saldremos de esta crisis, se afirma por el Gobierno y sus voceros. En algún momento tendrán razón porque no hay crisis eternas, salvo en países desahuciados con estados fallidos y aún así incluso en ellos hay pequeños avances. Pero ese no es el tema. El tema es cuando se sale de la actual crisis es, igualmente importante, cuál es el aspecto que tenga el país cuando esa salida tenga lugar. El paisaje después de la batalla.

La mayoría de las previsiones económicas apuntan a que la crisis, es decir un crecimiento del producto incapaz de reducir sensiblemente el desempleo y no una mera recesión técnica (conceptos que el Gobierno mezcla para confundir al personal), durará como mínimo hasta 2018 y previsiblemente algunos años más. Por lo menos una década perdida desde su inicio, en el mejor de los casos. Pretender alcanzar un nivel de paro como en los años del auge de la burbuja eso ni soñarlo. Seguramente en lo previsible, la economía española debe pensar en convivir con un nivel de paro estadístico (otra cosa sería el real) del orden del 12-15 por ciento.

Ese paisaje será el de una sociedad con crecientes desigualdades de oportunidades, riqueza y renta y con mucha menos movilidad social y mucha mayor pobreza y marginalidad. Lo está siendo ya como lo prueban recientes informes varios desde Eurostat y Cáritas hasta Comisiones Obreras, Consejo Económico y Social y la Red Europea contra la Pobreza. Algunos datos. La desigualdad entre el 20 por ciento más rico y el 20 por ciento más pobre ha crecido un 28 por ciento desde 2008 frente a una media del 4 por ciento en la Eurozona. España es el cuarto país con mayor desigualdad de renta en la UE. Hay más de tres millones de personas en pobreza extrema con ingresos por debajo de trescientos euros mensuales. Crece una nueva subclase, los asalariados pobres, esos que en EEUU se llaman los working poor.En el otro extremo, la proporción de personas con riqueza financiera neta superior al millón de euros ha crecido cerca de un 15 por ciento en 2012. (Para algunos, los días más felices están aquí, los felices nunca se fueron).

La crisis está haciendo verdaderos estragos que serán además duraderos, muy duraderos tanto en el tejido económico como en el social. Se habla de un nuevo modelo de crecimiento pero ¿cuál es? ¿Qué es lo que va a sustituir ese eje del crecimiento de los recientes “años gloriosos” de la burbuja inmobiliaria y del cemento? ¿Cuál va a ser nuestro lugar en la división internacional del trabajo? Ni somos ni seremos en lo previsible una potencia tecnológica (más bien se pierde terreno.) La devaluación interna a base de reducir salarios tiene un límite en el espacio (siempre hay otros más baratos) y en el tiempo (no se puede estar siempre rebajando el nivel de vida porque en eso consiste esa devaluación).

¿Los días felices están aquí de nuevo? Eso no se lo cree ni Montoro.

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