La guerra más sangrienta del siglo XX en Latinoamérica

Lugo y Evo Morales cierran el conflicto del Chaco

En un discurso en la plaza central, el mandatario boliviano señaló que la guerra fue producto de los intereses económicos mezquinos de Estados Unidos y Gran Bretaña por el petróleo de la región limí­trofe. «Fue una guerra injusta por petróleo», señaló Morales, quien destacó que los dos paí­ses conviven hoy en armoní­a.

«Estamos aquí­ arados frente a la historia, con la paz asumida y con la serenidad de dos hermanos que se encuentran en representación de dos pueblos, pueblos hermanos, más allá de los intereses foráneos que se interpusieron», convalidó el presidente de Paraguay. «Fue una guerra injusta, hace más de 70 años, y hoy venimos a rendir homenaje a los beneméritos que perdieron a sus familias en esta guerra», declaró Morales, quien reveló que dos de sus tí­os paternos tomaron parte en la contienda y jamás regresaron.La Guerra del Chaco, librada entre Bolivia y Paraguay por el control de la porción del Chaco Boreal, fue la que registró mayor número de ví­ctimas entre todas las del siglo XX en América del Sur.La lí­nea fronteriza se extiende a lo largo de casi 700 kilómetros, entre el vértice del rí­o Pilcomayo hasta el formado por el rí­o Negro y el rí­o Paraguay. Según los historiadores, el control del Chaco Boreal -cruzado por el rí­o Paraguay- era estratégico para los dos únicos paí­ses de Suramérica que no tienen salida al mar y el conflicto armado fue alentado por las empresas petroleras ante la creencia de que en esa región existí­an enormes reservas de hidrocarburos. La contienda enfrentó a unos 250.000 soldados bolivianos contra unos 150.000 paraguayos y dejó casi 100.000 muertes, buena parte de ellos afectados por la malaria y la falta de agua.Entre 1927 y 1928, técnicos de la compañí­a estadounidense Standard Oil, con sede central en Nueva Jersey, descubrieron petróleo en la zona occidental del Chaco, en las estribaciones de los Andes. Comenzó a sospecharse que los yacimientos se extendí­an hacia el este, ya en territorio paraguayo (donde los derechos de exploración eran propiedad de la Royal Dutch Shell, (holandesa).Y además, volvió a cobrar importancia el tema de la salida al mar de Bolivia, dado que, de no contar con ella, la única manera de exportar el crudo serí­a a través de la Argentina. Aquí­ está la razón principal de los alineamientos en el conflicto: si Bolivia contaba con una salida (aún indirecta) al Atlántico, el control de la exportación del petróleo quedaba en sus manos (y en las norteamericanas) en detrimento de los intereses británicos y de sus aliados en el establecimiento argentino.La guerra del Chaco fue la más grande y más sangrienta que se libró n América durante el siglo XX. El enorme despliegue de material bélico y municiones no tiene comparación con ningún otro conflicto americano a lo largo de ese siglo, ni siquiera la Guerra de Malvinas. En lo económico la guerra fue un desastre para ambos paí­ses. Años después se descubrió que no existí­an más yacimientos petrolí­feros aparte de los que ya se habí­an descubierto en la precordillera boliviana del Chaco.La región está cubierta por matorrales copiosos y árboles como el quebracho, y el potencial para la agricultura tradicional era pobre. La mayor parte del año el clima es caliente y seco y es sede de una impresionante variedad de serpientes venenosas e insectos portadores de enfermedades. El agua dulce es sumamente escasa en las zonas centrales del Chaco Boreal y los pocos pozos y lagos en la región adoptaron una importancia central estratégica en las campañas de la guerra. Durante el invierno hay una temporada de lluvia de corta duración en la que los pocos caminos, que son senderos polvorientos durante la mayor parte del año, se convierten en ciénagas intransitables. Es una de las regiones más inhóspitas del mundo para librar una guerra intensa, de hecho fue una de las guerras más duras sufridas en la historia.»Es un dí­a histórico para Bolivia y Paraguay, un tiempo de amistad y paz, de solidaridad entre los pueblos», ha dicho Morales, el primer protagonista en hablar durante la ceremonia.»La guerra entre Paraguay y Bolivia no fue provocada por sus pueblos, sino impulsada por las trasnacionales para controlar los recursos naturales», ha apuntado el jefe de Estado boliviano antes de agradecer la mediación de Argentina y el trabajo de los técnicos. También Fernando Lugo definió el acuerdo como un «paso trascendental» para ambos paí­ses, reflejo de un espí­ritu de «pacificación y confraternidad». El presidente paraguayo ha abogado por la integración binacional y se ha referido al enorme potencial energético de los dos paí­ses.

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