La OCU urge al Gobierno a limitar el derecho de huelga

Luchar en tiempos revueltos

El llamamiento que ayer hizo la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) al Gobierno de Zapatero para que regulara el derecho de huelga es un arma de un solo filo: es darle la bandera de la defensa de los derechos de los ciudadanos a quien los conculca.

De forma articular aludió a los servicios públicos, como es el transporte, para que se pusiera límite a un derecho que perjudica el derecho a la libre circulación de los ciudadanos. Obviamente en el caso del actual caos de Iberia la huelga de celo que llevan adelante los pilotos afecta al tránsito de viajeros en unas fechas muy delicadas. Sin embargo, no hay que olvidar tampoco la terrible limitación a la libre circulación que supone que RENFE subirá una media del 5% sus tarifas, y en especial sus servicios de cercanías hasta un 6%, el triple de la inflación; o que comunidades autónomas y ayuntamientos suban las tarifas de autobuses, taxis, metros y entre 4% y el 6% en un momento en que no se puede justificar con ninguna subida del precio del petróleo, al contrario. O la precariedad laboral y la pérdida de derechos a los que están sometidos la mayoría de trabajadores de estos servicios. La regulación del derecho a huelga es un objetivo largamente anhelado por todos los gobiernos habidos desde la transición para encuadrar las luchas de la clase obrera y los trabajadores en los límites de la racionalidad del máximo beneficio, límites que no conoce la voracidad de los grandes capitales para absorber nuestras horas de trabajo y de vida. En esta batalla desigual el conjunto de organizaciones y asociaciones ciudadanas y obreras tienen que buscar mecanismos para hacer frente al expolio creciente al que nos someten y no dar pie a que el gobierno pueda usar la defensa de los derechos de los consumidores para neutralizar las luchas obreras. Desde ahí se pueden encontrar soluciones particulares unitarias, reivindicaciones conjuntas, y movilizaciones que redunden en el interés de la mayoría para que las huelgas unan y no perjudiquen. Motivos hay para que la OCU se plantee participar de las movilizaciones de los trabajadores sumando sus reivindicaciones y no participando del divide y vencerá. Y, aunque es inevitable que siempre hay perjudicados, no está de más recordar que hace años las huelgas de metro en Barcelona significaban entrada libre para los pasajeros.

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