Son las 21:45 del día 7 de octubre, edición digital de un periódico nacional. Artículo titulado «El líder histórico de la minería de Asturias ocultó 1,4 millones a Hacienda». Sus únicos ingresos conocidos son como sindicalista del SOMA-UGT, como diputado regional y senador por el PSOE y como miembro del Consejo de Administración de la empresa pública Hulleras del Norte, Hunosa. No es brillante investigación, es decidida filtración. Una voladura controlada, por parte de los que, desde dentro y fuera de España, manejan los dosieres y ejercen el poder. Este es un efecto de la explosión. Golpe a un miembro de la mafia servicial.
Son las 19:46 del día 8 de octubre, edición digital de un periódico regional asturiano. Artículo titulado “El PSOE y el SOMA expulsan a Fernández Villa”. En una respuesta “cortafuegos” defensiva fulminante propia de un grupo mafioso. El secretario general del PSOE asturiano califica el caso de “más grave” que el de la familia Pujol o el de las tarjetas opacas ya que Villa “ha sido durante años secretario general del sindicato (SOMA) de los obreros asturianos, la organización que mejor simboliza la lucha obrera en España”. Este es el otro efecto de la explosión. Golpe a la lucha sindical.
Días después el ex secretario general de la Federación estatal de Mineros de UGT y ex diputado en la Junta General del Principado, Antón Saavedra, declaraba que “hay mucho que contar”, ya que tanto Cajastur “con su presidente a la cabeza” como el conjunto de ex presidentes del Gobierno del Principado de Asturias han sido colocados y quitados de sus cargos “al antojo de Villa”. Asegura que la supuesta fortuna procedería “del Montepío de la Minería asturiana, de los “impuestos revolucionarios” exigidos a las empresas mineras por los cupos de carbón, de la importación de carbón, de la Caja de Ahorros de Asturias y de los Fondos Mineros”. Y que demostraría “la corrupción y el pandillerismo en lugar de sindicalismo, al servicio de la patronal y al servicio del Gobierno de turno”. Este es un aspecto de la contradicción, la existencia de una mafia servicial.«Necesitamos sindicatos con una línea unitaria y de clase, no subvencionados por el Estado sino financiados por los afiliados y el apoyo de los trabajadores»
Pero existe el otro aspecto de la contradicción: la lucha histórica de la clase obrera asturiana, parte significativa de la lucha sindical que ha llevado la clase obrera española, ha conseguido ingentes logros en la mejora de las condiciones de vida y trabajo de los mineros y del resto de los trabajadores a lo largo de todos estos años mediante una lucha sindical unitaria, democrática y de clase.
Necesitamos sindicatos para hacer frente al cada vez más sangrante saqueo que sufrimos. Sindicatos con una línea unitaria y de clase, que se basen en una práctica democrática y en las asambleas, que no estén subvencionados por el Estado sino financiados por los afiliados y el apoyo de los trabajadores, que luchen por la redistribución de la riqueza y la creación de empleo, que defiendan la soberanía nacional frente a las imposiciones de la “Troika” de Washington y Berlín. No queremos que desaparezca Rodiezmo, queremos que desaparezcan los diezmos.