España, a la cola de Europa en I+D

Los «villanos» de Europa

Zapatero habla de que la investigación y el desarrollo tecnológico (I+D) es la apuesta para dar un giro hacia un modelo económico más competitivo, y tomar impulso para salir de la crisis. Pero, una vez más, la realidad demuestra que la actuación del gobierno no corresponde a sus palabras. Un estudio del Center for European Reform (CER), think-thank europeo que analiza cada año la situación de cada paí­s, nos sitúa dentro del grupo denominado «los villanos de Europa» por su escaso desarrollo tecnológico.

El estudio del CER identifica a Esaña entre los alumnos rezagados en cuanto a su inversión en I+D, junto a Grecia, Italia, Hungría y Polonia. Pero la situación de España es todavía peor. Suspende en 3 de los 5 parámetros del “mapa de desarrollo tecnológico” que marca la Agenda de Lisboa, la estrategia comunitaria para situar a Europa en la vanguardia tecnológica. De hecho, España, lejos de disminuirla, incrementa la brecha tecnológica con el resto de Europa. El diagnóstico de 2008 del World Economic Forum (WEF) sobre Sociedad de la Información constata España se hunde hasta el puesto 34 de la clasificación global. Tres puestos por debajo respecto al ejercicio precedente. Y por detrás de socios europeos del Este como República Checa, Eslovenia, o Estonia. E incluso, en peor situación que Portugal. Durante la última década, la apuesta económica se ha centrado casi exclusivamente en la construcción y otros sectores de escaso desarrollo tecnológico. Asentando el incremento de beneficios de bancos y monopolios, no sobre el incremento de la competitividad, sino sobre la explotación más intensiva de la mano de obra y el saqueo de las familias. Ahora, España no sólo ha incrementado su dependencia tecnológica respecto a las grandes potencias, sino que está en mucha peor situación para poder encontrar una salida independiente a la crisis. Incluso respecto al combate cambio climático, una de las banderas más queridas de este gobierno, España suspende con muy deficiente. La defensa retórica de Zapatero en esta causa contrasta con el dato demoledor de que España es la economía de la Unión que más obstruye el desafío de reducir, en un 21%, los gases de efecto invernadero para 2010 respecto a las emisiones de C02 de 1990. Y todo gracias a la escasa aportación de las energías renovables en el mix energético, para el que la UE exige a España un porcentaje del 29,4% en 2010. Un dato que vuelve a incrementar nuestra dependencia energética, lastrando también los recursos nacionales para enfrentar la crisis.

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