César Alierta, presidente de Telefónica, en los tribunales

Los trileros

El Tribunal de la Audiencia Provincial de Madrid ha susendido sine die el juicio contra César Alierta para deliberar si anula el proceso como pide la defensa o no, como pide la Fiscalía. Alierta, acusado de utilizar información privilegiada que sólo podía conocer por su cargo como presidente de Tabacalera, para ganar en seis meses 1,8 millones de euros, podría no ser ni juzgado. Uno más de los muchos casos que se están dando en los que los tribunales dejan en libertad a los trileros de guante blanco, como los Albertos o el intocable Emilio Botín. Los poderosos pueden hacer y deshacer a su antojo y las leyes no actúan con la misma contundencia que cuando uno roba un coche o una pizza. Alierta puede convertirse si al final la jueza del caso, Manuela Carmena, aprueba el sobreseimiento, en otro de los intocables de este país. Intocables que actúan como chorizos de barrio en los entresijos de la economía española, utilizando testaferros para que hagan el trabajo sucio y aprovechando su posición social para lucrarse a costa, en este caso, de los pequeños accionistas. Personas honorables que dirigen grandes empresas y bancos pero que son capaces de lo que sea por obtener más beneficios y a los que en la mayoría de casos las leyes y los políticos amparan. Si nuestra economía está en manos de estos depredadores es urgente modificar el código penal para que este tipo de delitos no prescriban y para que devuelvan todo lo estafado y vayan a la cárcel si se demuestra su culpabilidad.

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