Epidemia heroína

Los traficantes del dolor

EEUU se enfrenta a la epidemia de drogas más letal de su historia.

Entre dos y tres millones de personas son adictas a poderosos analgésicos derivados del opio vendidos bajo receta médica o a la heroína según la American Society of Addiction Medicine.

La sobredosis ya es la causa de muerte más común entre los americanos de menos de 50 años. Esta tendencia es el resultado de una crisis de salud pública alarmante provocada por los voraces intereses de las farmacéuticas.

Sólo en 2016 las drogas mataron a al menos 59.700, más americanos que los soldados muertos durante la guerra del Vietnam. En España, hace 30 años, la heroína mató a 25.000 personas por sobredosis, 30.000 tuvieron que tratarse de su adicción y 100.000 pasaron a engrosar las listas de seropositivos.

Cuatro de cada cinco adictos a la heroína fueron antes consumidores de opiáceos de receta. La adicción a analgésicos opiáceos con receta como OxyContin o Vicodin provoca más de 15.000 muertes al año por el abuso de estos analgésicos, según la Agencia norteamericana del medicamento (FDA). Si no consiguen su dosis, la abstinencia les provoca un dolor mucho mayor que el dolor por el que recibían tratamiento. La heroína ha pasado a ser la alternativa barata y accesible a los analgésicos más potentes, los opiáceos. Un frasco de Vicodina cuesta cerca de 140 dólares mientras que una dosis de heroína se puede conseguir en las calles por menos de diez dólares.«Cuatro de cada cinco adictos a la heroína fueron antes consumidores de opiáceos de receta»

Los estados de Kentucky, Illinois, New Hampshire y Nueva York han presentado demandas contra Purdue y otras farmacéuticas, dueña del compuesto OxyContin, superventas en las farmacias norteamericanas desde su aparición en 1995.

Los opiáceos no causan adicción si se usan adecuadamente contra el dolor. Se recetan especialmente en pacientes con cáncer y a los que sufren dolores crónicos o intensos producto de una intervención. Pero durante los 90 las grandes asociaciones médicas y las farmacéuticas incentivaron la prescripción generalizada de oxicodona a pacientes con dolores crónicos sin relación con el cáncer. Entre 1999 y el 2015 se cuadruplicaron las prescripciones de estos medicamentos y las sobredosis en esos años subieron en la misma proporción. Representantes de OxyContin (Purdue Pharma) visitaban a médicos generales afirmando que la droga no tenía ningún riesgo adverso vendiendo la idea de que el dolor era una enfermedad, y no un síntoma.

EE UU es el mayor consumidor de analgésicos opiáceos del mundo; suma un 5% de la población mundial pero consume el 80% del mercado global de opiáceos farmacológicos. Florida, que declaró en mayo el estado de emergencia sanitaria, se volvió la capital de las clínicas que despachan pastillas, llamadas pill mill (molinos de píldoras).«EE UU es el mayor consumidor de analgésicos opiáceos del mundo»

El presidente Donald Trump ha aprovechado la alarma para señalar al narcotráfico como único responsables y atacar a México. Pero lo cierto es que como ya ocurrió en los ochenta con los antibióticos se ha promovido la sobreprescripción de estos medicamentos en beneficio de las industrias farmacéuticas. Purdue Pharma, Johnson & Johnson y Endo Pharmaceuticals, entre otras, han ganado fortunas con este negocio. Los dueños de Purdue, la familia Sackler, son la decimasexta fortuna más rica del país, en gran parte gracias al OxyContin.

La droga ya no es cosa de latinos pobres y de negros, se ha extendido desde las ciudades, entre las clases medias blancas, a los suburbios blancos de la América rural. Pero esta epidemia sin precedentes supera las fronteras de clase, raza o condición. A la crisis económica y la fractura social se suma la epidemia de heroína.

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