Diferencias salariales entre empleos públicos y privados.

Los sueldos menguantes

Nos dicen que "Los empleados públicos en España ganan un 24% más que los del sector privado, triplicando la media europea". ¿No deberíamos darle la vuelta a este titular? ¿Es que los funcionarios y empleados públicos ganan "mucho"? ¿O acaso los trabajadores del sector privado ganan un 24% menos de lo que deberían?

«Los empleados públicos ganan de media un 24% más que los trabajadores del sector privado». Este es el titular con el que varios medios de comunicación encabezaron la noticia referida a un informe publicado por el Banco de España. ¿Por qué no se titula al revés? «Los empleados privados ganan un 24% menos que los del sector público». Esta sutil diferencia de enfoque oculta el problema real: Tanto públicos como privados, todos los trabajadores, han perdido poder adquisitivo estos últimos años.

Pareciera, con el titular inicial, que los salarios de los empleados públicos se han elevado enormemente y este es el origen de la brecha. Todo lo contrario. Los salarios públicos han perdido poder adquistivo desde la crisis de 2008. En mayo de 2010 el Gobierno de Zapatero rebajó un 5% el salario de los empleados públicos. El Ejecutivo de Rajoy prorrogó la congelación salarial. Y posteriormente los trabajadores del sector público han perdido como todos con la elevada inflación desde 2021.

¿De dónde proviene entonces esa enorme diferencia salarial público/privado? Lo que sucede es que los sueldos de la empresa privada aún han caído más. Tanto en poder adquisitivo respecto a la subida de los precios, como de manera real, en las nóminas.

Los datos publicados por el Instituo Nacional de Estadística muestran que el salario más habitual en España en 2022 fue de 14.586,44 euros, cuando el de 2021 era de 18.502,97 euros. Casi 4.000 euros menos. Y esto si hablamos del sueldo más habitual. Cuando bajamos en las escalas salariales nos encontramos con que una de cada tres personas que se encuentran en situación de exclusión en España tiene un empleo. Es decir, son pobres aún trabajando.

Hasta 12,3 millones de españoles tienen un trabajo que no les garantiza los ingresos necesarios para salir de la pobreza o evitarles el riesgo de caer en ella ante cualquier imprevisto.

El informe elaborado por la Red Europea de lucha contra la pobreza recoge que la mitad de la población española (47,8%) tuvo dificultades para llegar a finales de mes el año pasado; un porcentaje importante (17,7%) tuvo que pasar frío para no gastar en energía; y aún teniendo un empleo, un tercio no pudo permitirse una semana de vacaciones.

Además las últimas subidas de salarios han sido devoradas por un incremento de la cesta de la compra del 12 %.

La renta real per cápita de los hogares españoles (una vez eliminado el efecto de la inflación) se mantiene por debajo del nivel registrado a inicios de 2007. ¡El poder adquisitivo real es menor que hace casi 20 años!

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Odiosas comparaciones

El informe del Banco de España también evidencia que España es el país con mayor divergencia en los salarios entre empleados públicos y privados (sólo nos supera Luxemburgo). En la eurozona la media de diferencia salarial entre ambos sectores es un 8%, en España se triplica. El motivo hay que buscarlo en que los sueldos en la empresa privada son más altos cuando se trata del sector industrial. Por eso la diferencia es menor cuanto más industrializado está el país. En Alemania es sólo un 2% a favor de los sueldos públicos. Incluso en Francia es un 3% a favor de los salarios privados.

La desindustrialización de España y la apuesta por la hostelería, el turismo, y las cadenas de manufacturas subsidiarias de monopolios extranjeros, está en la base del empobrecimiento de los trabajadores. Pero sobretodo es que políticamente se permite el saqueo a la población que ejecutan bancos y monopolios nacionales o extranjeros. Un gigantesco saqueo de la riqueza, cuyo reflejo son los insultantes diferencias salariales que premian a quienes lo ejecutan.

Coincidiendo con el informe del Banco de España se ha publicado otro de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que pone el dedo en otra llaga: las diferencias salariales dentro de las empresas cotizadas en Bolsa. Los ingresos de los ejecutivos multiplican ya por 31,5 la nómina de sus empleados.
Los consejeros delegados de las empresas cotizadas han aumentado sus ingresos anuales hasta los 2,6 millones de euros de media. Una cantidad que se eleva hasta los 4 millones en las compañías del Ibex 35. Un 25% se aumentaron el sueldo los consejeros ejecutivos que superaron el millón de euros. El Consejero Delegado de Repsol tuvo de sueldo base el año pasado 1.201.000 euros, cobró 1.055.000 € como complemento, más un incentivo de 513.000 euros, y 36.820 acciones de la compañía. El presidente ejecutivo de Telefónica ganó 6,32 millones de euros. Ana Botín, presidenta del Banco Santander, se embolsó 12,24 millones de euros.

¿Puede aceptarse que 100 altos ejecutivos ganen más que 70.000 trabajadores?

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Riqueza sin distribuir

España ha sido en 2023 el país que más ha crecido en la zona Euro: un 2,4%, mientras Francia lo ha hecho solo un 0,9% y Alemania incluso ha retrocedido un – 0,2 %.

Somos la nación donde más ha aumentado proporcionalmente la creación de riqueza y nuestro país ha conseguido crear la misma cantidad de puestos de trabajo que Alemania, Francia e Italia juntas.

Sin embargo el crecimento no se refleja en los salarios. La riqueza se incrementa pero no se redistribuye. Se concentra en muy pocas manos. Se crean más puestos de trabajo pero los sueldos están devaluados.

Urge un plan estratégico de creación de riqueza y de redistribución social de esa riqueza generada. Y en el centro deben situarse las subidas de salarios que garanticen un poder adquisitivo a los trabajadores que recupere dos décadas de recortes.

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